Poco a poco, Lucid Motors ha ido haciéndose un hueco dentro de la cada vez más competida industria del coche eléctrico en el mundo. Peter Rawlinson, el fundador y actual presidente de la compañía, tiene muy claro qué es lo que quiere hacer con su marca y dónde quiere situarla. Lucid Motors es un fabricante joven, sí, pero ha sabido hacerlo muy bien para despuntar en términos tan importantes como rendimiento y autonomía. Por ahora sólo tiene un coche en el mercado, el Lucid Air, pero se trata de uno de los eléctricos más avanzados que hay actualmente a la venta. En este caso no vamos a hablar de él, sino de un coche que Rawlinson jamás fabricará.
Resulta curioso que una de las voces más experimentadas y autorizadas de la industria haya decidido no extender su marca con productos para masas. Lucid Motors no fabricará un coche eléctrico asequible, aunque podría. Tiene armas más que suficientes para lanzarse de cabeza a ese nicho comercial que tanto interés ha despertado en los últimos meses. El mercado necesita coches eléctricos viables y de precio razonable. Tesla, Volkswagen, BYD y muchas otras compañías ya han adelantado los planes de lanzamiento de esos eléctricos baratos, pero nunca llegarán bajo el emblema de Lucid.
Desde sus inicios, la compañía americana afincada en California, se ha centrado en el segmento premium. El Air es un rival directo de otros eléctricos como el Mercedes EQE o el nuevo BMW i5. Actualmente, el Air Pure es la versión más barata de la gama con un precio de salida de 87.400 dólares, eso sí, con 650 kilómetros de autonomía homologada. El más caro es el Air Sapphire de tres motores y más de 1.200 caballos de potencia. Su tarifa básica es de un cuarto de millón de dólares. Con esas cifras, Lucid no quiere devaluar su marca con productos ‘populares’.
A pesar de ello, Rawlinson se ha atrevido a pronosticar claves importantes de esos coches que movilizarán a la masa. Como compañía de ingeniería que asegura ser, Lucid tiene en su poder las herramientas necesarias para ayudar a otras empresas a lograr sus objetivos. Hace apenas unos días, Rawlinson y Lawrence Stroll firmaban un importante acuerdo por el cual los californianos serán los proveedores oficiales de motores eléctricos para Aston Martin. Lucid Motors quiere convertirse en una fuente de conocimiento para el resto de marcas y por eso quiere conceder licencias y vender sus tecnologías a terceros.
Ahora bien, su CEO ha comentado que para que un coche eléctrico popular tenga éxito debe ser barato y para ser económico hay que desprenderse de ciertas cualidades. No podemos esperar un coche eléctrico de 25.000 euros con 800 kilómetros de autonomía. Por ahora esa tecnología ni está ni se la espera. Rawlinson piensa que para reducir la factura de compra es necesario mermar las cualidades y por ello piensa que esos coches sólo necesitan 250 millas de autonomía para servir a la causa, aproximadamente 400 kilómetros. La verdad es que es un dato de lo más lógico. Con esa autonomía el precio de la batería sería más contenido.
En una entrevista a Auto Express, Rawlinson ha dejado clara cuál es su receta para el éxito: “El mayor impacto en el mercado masivo de automóviles será con paquetes de baterías más pequeños. Mi visión es ¿podríamos llegar a seis millas por kilovatio-hora? Ahora mismo estamos en 4,6 millas por kilovatio-hora. ¿Podríamos llegar a las seis millas por kilovatio-hora (10,3 kWh/100km) con una infraestructura de carga rápida, ¿con carga nocturna? El coche eléctrico del futuro solo necesita 250 millas. No necesitamos eléctricos de 500 millas en el futuro, dentro de 10 años”.
Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.
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