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Charles Leclerc fue una de las grandes decepciones de la clasificación del Gran Premio de Holanda y dijo que el coche tuvo la culpa.
Nuevamente, no fue una tarde agradable para Leclerc durante la reanudación después de las vacaciones de verano en Zandvoort.
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El piloto de Montecarlo parecía estar pasando por momentos difíciles durante toda la clasificación. Con la suerte necesaria y un gran esfuerzo, apenas logró escapar de la Q1 y al final el camino hacia la Q2 tampoco fue un problema para el piloto de Ferrari.
Al final, los problemas en la Q3 se agravaron cuando perdió el control de su coche rojo y se estrelló de costado contra el muro.
Eso fue el fin de su quali y una P9 de inicio; sin embargo, Charles se negó a meterse la mano en el pecho después: “En primer lugar, es uno de esos fines de semana en los que el coche es extremadamente difícil de conducir.
“Desde la FP1 hemos tenido problemas en las curvas 1, 9 y 10. Hemos cambiado completamente el coche, pero, francamente, hay poco que pueda ayudarnos en estas tres curvas.
“En las curvas 9 y 10 hay tan poco agarre que el coche simplemente tienes que confiar en la salida. Eso no funcionó, así que terminé en la pared. Hemos tenido estas condiciones con más frecuencia este año y cada vez me siento más cómodo con eso. Estoy bien con eso.
“Es simplemente el coche que es extremadamente difícil de conducir este fin de semana. En la Fórmula 1 se trata de anticipar y saber el equilibrio que vas a conseguir en la curva.
“Sin embargo, ahora mismo estoy entrando en la curva y no tengo idea si voy a tener mucho sobreviraje o mucho subviraje. Eso lo hace muy difícil para nosotros. Ha sido un fin de semana muy difícil hasta ahora”, lamentó.
