La guerra comercial entre China y Europa amenaza con complicar la vida a los fabricantes. El Viejo Continente quiere proteger su industria tomando medidas económicas sancionadoras con respecto a los coches chinos. Mientras, en Oriente, piensan qué medidas tomar para reducir el efecto negativo de posibles aranceles. Muchos fabricantes asiáticos ya tienen puesta toda su atención en nuestro mercado. El Grupo Geely, propietaria de Volvo, ha tomado una drástica decisión con respecto a sus coches eléctricos. Bélgica se convertirá ahora en el centro neurálgico de la producción con el fin de evitar posibles sanciones arancelarias.
Es más que un rumor que el Parlamento Europeo quiere subir los impuestos de importación de sus vehículos eléctricos. Se estima que del 10% actual se pueda alcanzar el 30%. Si bien numerosos estudios aseguran que una subida de 20 puntos no afectaría demasiado a los intereses económicos de las marcas, sí podría derivar en un aumento de los precios de venta que, a la postre, acabarían resultando poco beneficiosos a los intereses chinos. Entre toda la nueva colección de marcas y fabricantes, Volvo es la que más se juega en esta batalla. Hace años que los suecos están bajo el control del mayor conglomerado automovilístico de China, el Grupo Geely.
La duda de estos siempre ha sido qué decisión tomar ante una posible subida en los aranceles europeos. Muchos informes apuntaban a que Geely estaba considerando suspender sus actividades en Europa, pero eso supondría decir adiós a millones de euros de beneficio y a un puesto destacado dentro de la oferta eléctrica. Sin embargo, tras sopesar diferentes alternativas, tal y como informa The Times, Geely ha accedido a derivar toda la producción de vehículos eléctricos de Volvo a Bruselas. Ya con el éxito del EX30 la planta belga había ganado protagonismo, pero ahora su papel se antoja incluso más importante.
La semana pasada, el eléctrico más destacado de la casa, el Volvo EX90 empezó su fase de producción en la factoría de Charleston, en el Estado de Carolina del Sur. Tal y como apuntan las fuentes del mencionado medio, Bruselas no sólo acogería la fabricación del EX30, sino también la producción europea del EX90, o al menos una parte importante de ella. Desde la compañía no se ha querido hacer declaración alguna al respecto, ni siquiera para confirmar o desmentir la información. Se espera que la marca sueca se pronuncie al respecto a lo largo de los próximos días.
Mientras tanto, el EX30 sigue adelante con su exitosa vida ajena a cualquier tipo de rumor o sanción económica. El eléctrico más pequeño de Volvo se produce en China y en Europa. Está considerado como el primer eléctrico premium de masas gracias a una relación calidad-precio realmente competitiva. Incluso en España, uno de los mercados eléctricos más pobres de Europa, se ha desatado una locura comercial. Los resultados están superando a cualquier previsión y se considera al EX30 como el coche que ha provocado el cambio de rumbo de Volvo. Un coche realmente interesante disponible desde los 37.500 euros, antes de descuentos o ayudas.
Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.
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