100 puntos de recarga en 2025 y 500 en 2027; el líder de las gasolineras 'baratas' apuesta por el low cost también para los coches eléctricos

100 puntos de recarga en 2025 y 500 en 2027; el líder de las gasolineras 'baratas' apuesta por el low cost también para los coches eléctricos

El despliegue de puntos de recarga sigue siendo uno de los grandes retos para la movilidad eléctrica en España. Aunque el parque de coches eléctricos e híbridos enchufables crece a buen ritmo, las cifras de infraestructura aún se sitúan por debajo de los objetivos fijados por el Gobierno y reclamados por los expertos del sector.
En este contexto, Ballenoil, referente en el mercado de estaciones de servicio de bajo coste, ha decidido dar un giro estratégico e incorporarse de lleno a la electrificación. La compañía ha anunciado que electrificará un tercio de su red antes de que acabe el año, con la instalación de 42 nuevas ubicaciones de carga ultrarrápida que superarán los 150 kW de potencia.
En total, la firma espera cerrar 2025 con cerca de un centenar de cargadores operativos, distribuidos estratégicamente por toda la península. Estos equipos, capaces de recuperar hasta el 80% de la batería en apenas 10 o 20 minutos, estarán disponibles en áreas urbanas, corredores de alta densidad de tráfico y puntos de gran accesibilidad.
El movimiento responde a la adquisición por parte de Moeve, propietaria de Ballenoil tras la etapa de Cepsa, de los cargadores de la empresa Eléctrico, que a partir de ahora operarán bajo la marca Ballenoil. Con este paso, la compañía se convierte en actor relevante en el despliegue de infraestructura de carga, un segmento hasta ahora dominado por energéticas tradicionales y operadores especializados.
Según explicó Manuel Sáez, CEO de Ballenoil, la apuesta supone un cambio de mentalidad respecto a la estrategia anterior: “Hasta ahora, la instalación de cargadores recarga en terceros y se entendía como una exigencia normativa. Ahora desplegamos y operamos nuestra propia red de carga ultrarrápida. Con esta decisión asumimos el control total de nuestra estrategia eléctrica y damos un paso importante en nuestro compromiso con la movilidad sostenible”.
Los planes de la compañía no se limitan al corto plazo. Su hoja de ruta fija alcanzar las 500 estaciones operativas en 2027, con la progresiva incorporación de puntos de recarga en buena parte de ellas. La idea es que el cliente pueda repostar combustible tradicional o recargar un vehículo eléctrico con la misma facilidad, en una red que destaca por precios competitivos y disponibilidad 24/7.
El movimiento de Ballenoil refleja la tendencia de un mercado en transformación. Cada vez más operadores de carburantes tradicionales ven en la movilidad eléctrica una oportunidad para diversificar su negocio y garantizar su relevancia en un escenario de transición energética. La electrificación de la red de gasolineras low cost no solo amplía la oferta de recarga en España, sino que también puede contribuir a democratizarla, reduciendo barreras de precio y acceso.
La red española de puntos de carga ultrarrápida aún es incipiente si se compara con otros países europeos. De ahí que la entrada de un actor con el volumen y la capilaridad de Ballenoil pueda marcar un punto de inflexión. La compañía busca convertirse en referente no solo por precio, sino también por servicio, con cargadores rápidos, ubicaciones estratégicas y una experiencia de uso sencilla para el conductor.
La llegada de Ballenoil al sector eléctrico supone, en definitiva, un refuerzo para los planes de descarbonización del transporte en España. Un paso más en el camino hacia una movilidad más sostenible y en el que el papel de las grandes redes de estaciones será clave para consolidar la confianza de los conductores en el coche eléctrico.
Los objetivos a cumplir por la hoja de ruta de Ballenoil son los siguientes:
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