El equipo Aston Martin presentó el 23 de febrero su coche para la temporada 2025 de Fórmula 1, y además de revelar el aspecto de su AMR25, los británicos también publicaron un vídeo en el que mostraban cómo era el proceso de construcción del coche en la fábrica de Silverstone, antes de que Fernando Alonso y Lance Stroll se pusieran al volante.
Como es lógico, todas las ideas nacen de la mente de los ingenieros en la sede, y tras ello se deben pasar a los ordenadores, en donde se crean los modelos 3D y se da una teórica forma a los componentes que después se deben de fabricar. Sin embargo, no es tan sencillo como parece, porque para crear el vehículo que sale a pista se deben pasar por una serie de áreas en donde cada departamento trabaja al máximo, sobre todo para llegar a tiempo para la primera carrera del año.
Alan Richardson es uno de los encargados de Aston Martin que cuenta con una experiencia de más de 27 años, y desempeña sus funciones en lo que llaman como taller, aunque es muy diferente a lo que cualquier persona puede pensar. En Silverstone tienen un edificio en el que miles de individuos trabajan al igual que el inglés, quien contó cómo debe ser su labor para hacer que el alerón trasero funcione a la perfección, antes de que se envíe al siguiente paso.
Ese es el de los materiales, con profesionales como Mark Nicholson, cuya función es hacer que la fibra de carbono encaje a la perfección con las piezas que se modelaron en el ordenador. Como aseguró, lo más complicado es tenerlo para la primera cita, ya que deben hacer seis elementos para repuestos para salir tranquilos al circuito.
Una vez que se revisa y se da el visto bueno a esas piezas, se pasa al proceso de ‘curación’, aún en el departamento de materiales, lugar en el que trabaja Cole Fell-Meakin, que explicó el proceso en el que todos los componentes entran dentro de las máquinas para que se les aplique resina y se compacte todo. Eso hace que se creen esos alerones, y demás elementos que el AMR25 lleva, pero no es un proceso sencillo, porque pueden pasar horas hasta que esté listo, además de que pueden surgir imprevistos como un aumento de temperatura que podría estropear la cadena.
Cuando todo pasa de forma correcta los controles, es momento de que Russell Robinson y el resto del grupo de su sector se encargue de definir las piezas, con el máximo de detalles posibles. Por eso, utilizan distintas herramientas para limar cualquier imperfección que pudiera afectar al rendimiento, y para estar seguros de que hicieron bien el trabajo, tienen unos moldes de acero en donde las piezas deben encajar.
Era el caso del flap del DRS en la grabación que Aston Martin compartió, aunque se realiza también con el resto de elementos para no dejar nada a la suerte. Tras eso, pasa un escaneo, que si es correcto, tiene otra fase de preparación de unas 14 horas con pegamento, y eso es lo que se hace con miles de piezas para su posterior montaje en el monoplaza.
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