Título: Las bicicletas eléctricas también ayudan a recuperar los senderos y caminos de nuestro entorno
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Las bicicletas eléctricas han generado un intenso debate en diversos sectores, donde ciertos grupos las acusan de ser responsables de una supuesta «invasión ciclista» en áreas rurales. En este contexto, se han implementado cada vez más restricciones sobre el uso de caminos, argumentando que estos han sufrido deterioro exclusivamente por la actividad ciclista, sin tener en cuenta factores como el paso del tiempo o las condiciones climáticas adversas.
El proyecto para la recuperación de senderos se inició oficialmente hace siete años, en reconocimiento al esfuerzo de un grupo de ciclistas apasionados que, de manera altruista, dedicaron años a la rehabilitación y mantenimiento de estos caminos, tal como se menciona en Orbea Trail Tales. Es relevante señalar que el tránsito de bicicletas eléctricas, así como de bicicletas en general, ha contribuido a revitalizar caminos que estaban en desuso, permitiendo que otros usuarios, como senderistas y jinetes, los utilicen nuevamente.
Recientemente, Orbea presentó una nueva historia de la serie ‘Orbea Trail Tales’, donde se narra cómo un grupo de entusiastas del ciclismo inició un proyecto en el hayedo de Eremua, ubicado en el Valle de Esteríbar, Navarra. Este proyecto tenía como meta recuperar senderos de la zona y promover un uso responsable de la bicicleta, fomentando una convivencia sostenible con otras actividades y usuarios.
«En una época en la que no se hablaba del cicloturismo, uno de los mayores retos fue hacerse un lugar y coexistir con los principales usos del medio, destacando el impacto de los aprovechamientos forestales que borraban varios senderos del mapa», señala Orbea Tales. Un grupo de valientes constructores de caminos, conocidos como ‘trailbuilders’, comenzó a rehabilitar estos senderos utilizando herramientas manuales y su propio tiempo y recursos. “Me gustaría poner en valor todo lo que hicimos junto a Daf, Unai, Javi, Sergio, Juan, Eneko y Rellan. Sin ese trabajo previo, Eremua no existiría”, afirma Jorge Vaquero, Responsable de la Oficina Técnica de Eremua.
Posteriormente, Orbea comenzó a ofrecer apoyo financiero que perdura hasta el día de hoy, lo que ha permitido que el proyecto se mantenga a largo plazo. Actualmente, existen 22 rutas oficiales en la zona, y gracias a la colaboración de Orbea, se ha contratado a un ‘trailbuilder’, Íñigo Ekisoain, quien se encarga de su mantenimiento diario.
«Coincidió que empezamos a recibir la ayuda de Orbea y destinamos todos los fondos recibidos para recuperar aquellos senderos que se perdieron debido a las talas», añade Javier Vaquero, Responsable de la Oficina Técnica de Eremua. Además, desde hace cuatro años, se estableció una escuela de ciclismo que actualmente cuenta con más de 60 alumnos. «Cada vez más personas, especialmente jóvenes, se animan a practicar con su bicicleta de montaña. Ya no es extraño que alguien te pregunte cómo están los senderos para bajar», asegura Íñigo.
Las imágenes ilustran cómo las bicicletas eléctricas han sido un pilar fundamental en este proceso: su aporte de potencia y la facilidad para desplazarse rápidamente, incluso para transportar herramientas, han hecho que el arduo trabajo sea más manejable.
Es fundamental valorar iniciativas como esta y, desde nuestras posiciones, defender nuestra pasión por el ciclismo frente a sus detractores. Una forma de hacerlo es dar a conocer cómo el amor por el ciclismo contribuye a la recuperación de caminos como los del Valle de Esteríbar en Navarra.
Más información en: Orbea Trail Tales
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