La Fórmula 1 volvió de las vacaciones de verano en un viernes peculiar en Zandvoort, y la sorpresa llegó cuando el cronómetro ya estaba a cero. Max Verstappen, en casa y con miles de aficionados en las gradas, acabó con su Red Bull Racing atrapado en la grava de la Curva 1 después de la bandera a cuadros.
La primera sesión de entrenamientos libres del GP de Países Bajos había dejado a McLaren F1 como referencia, mientras Ferrari y Mercedes apenas mostraban sus cartas e incluso sufrían, y Red Bull seguía con un rendimiento discreto. Verstappen había logrado un sexto puesto que entraba dentro de lo esperado, pero el momento más llamativo llegó justo al final.
Con la sesión terminada, los pilotos suelen aprovechar la vuelta de regreso para ensayar salidas antes de entrar a boxes. Sin embargo, Verstappen se fue largo en la frenada de Tarzanbocht (Curva 1), y aunque evitó golpear las barreras, su RB21 quedó enganchado en la escapatoria de grava. Un comportamiento raro del coche, que no deja claro si fue error del piloto o un fallo por parte del monoplaza.
El neerlandés, visiblemente contrariado, negó con la cabeza mientras por radio explicaba: “Estoy enganchado”. Su equipo le dijo rápidamente que apagara el motor. Una imagen inusual en un piloto que rara vez comete errores de este tipo y que, además, no estaba rodando a fondo en ese momento.
El incidente obligó a mostrar una bandera roja simbólica, ya con la práctica finalizada, y dejó una de las escenas más curiosas del día. Red Bull, que sigue lidiando con un coche difícil de pilotar, suma así un motivo más de preocupación de cara al resto del fin de semana, en donde además, Max querrá brillar al ser el último GP en su casa, pues Zandvoort no ha renovado de cara al futuro en la F1..
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