La baliza V16 conectada será obligatoria en España a partir del 1 de enero de 2026, y su implantación masiva ha venido acompañada de una intensa polémica. El precio de venta, entre 30 y 70 euros según el modelo, ha generado críticas entre conductores que consideran que el coste es elevado para un elemento obligatorio. En este contexto, los creadores de una de las primeras balizas homologadas, Jorge Torre y Jorge Juan Costas, han querido aclarar públicamente cuánto ganan realmente con el producto y responder a las sospechas sobre un posible negocio millonario.
Ambos emprendedores, guardias civiles de profesión, recuerdan que uno de los motivos por los que la DGT impulsó la V16 conectada es la privacidad. Señalan que el estándar español exige un sistema de transmisión de ubicación que no rastree al usuario fuera de una situación de emergencia. Ese requisito, aseguran, encareció el desarrollo respecto a modelos más económicos que se barajaron inicialmente.
“Había dispositivos más baratos“, explican, “pero no garantizaban la privacidad en los términos que exigía la normativa”. Por ello, defienden en las declaraciones recogidas en una entrevista de ABC que el coste no se debe a un afán de beneficio, sino a la tecnología y certificaciones necesarias para cumplir con la regulación.
Ante las críticas por el precio y la obligatoriedad, entre otras cuestiones acerca de la baliza V16, Torre y Costas responden con claridad: no van a hacerse ricos. Subrayan que en el mercado existen alrededor de 250 modelos de balizas homologadas, producidas por múltiples fabricantes, incluidos productos importados desde Asia a precios inferiores.
“Somos uno más entre cientos”, afirman. “Efectivamente vendemos nuestra baliza, pero los demás fabricantes también venden. No somos nosotros quienes hemos hecho el negocio”. Aseguran que su marca no es la líder en ventas y que los modelos más baratos, muchos de ellos de fabricación china, son los que más unidades están colocando entre los conductores. “No nos vamos a hacer millonarios”, insisten. “Ganamos un poco más que en la Guardia Civil, pero nada más”.
Los creadores admiten que su diferencia respecto al resto es haber sido pioneros en esta tecnología y haber desarrollado una idea que después se extendió al mercado. Sin embargo, remarcan que no actuaron movidos por un enfoque empresarial puramente lucrativo.
“Somos emprendedores, sí, pero nuestra visión nunca ha sido agresiva. Lo importante es que esta idea salva vidas”, señalan. Recuerdan que los triángulos tradicionales obligan al conductor a caminar por la calzada para colocarlos, una maniobra que ya ha causado numerosos atropellos mortales en España y Europa.
Torre y Costas valoran también la decisión del Gobierno español: “España ha hecho una apuesta muy grande y poco popular para implantar esta solución”. Consideran que otros países europeos seguirán el mismo camino, ya que la baliza conectada minimiza riesgos y acelera la asistencia en carretera.
A pocas semanas de la entrada en vigor de la obligación, la V16 sigue generando debate, pero sus creadores aseguran que el objetivo inicial permanece intacto: reducir el riesgo de atropello y mejorar la seguridad en carretera, no construir un negocio millonario. También hay que destacar que la DGT ya ha dicho que no se pondrán multas a partir del 1 de enero de 2026, y que dará algo de flexibilidad durante los primeros meses.
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Los 'inventores' de la baliza V16 obligatoria dicen no ser los que "han hecho el negocio" y que solo ganarán un pequeño extra al sueldo de Guardia Civil

