Bueno, hay una alta probabilidad de que Lando Norris siga despierto mientras lees esta columna el lunes por la mañana.
Quizá siga de fiesta –o, incluso si ya está en la cama del hotel, todavía lleno de adrenalina mientras intenta asimilar lo que le ha pasado este año–. Incluso no hay garantía de que no esté de camino a algún hospital local para detener una hemorragia nasal. Al fin y al cabo, sufrió lesiones en la nariz justo antes de su primera victoria en la F1 en Miami y justo después de ganar su Gran Premio de casa en Silverstone. Sería casi un crimen que no se golpeara la nariz otra vez tras ganar el campeonato del mundo.
Habrá quienes cuestionen si Norris es realmente un campeón merecedor. En cierto modo, es una pregunta que puede hacerse de casi cualquiera de los campeones de F1. “Solo tenía el mejor coche” es algo que mucha gente ha dicho sobre algunos de los títulos de Max Verstappen y Lewis Hamilton. Y seguro que también se dirá sobre el título de Norris en 2025.
Aun así, piense lo que piense la gente, ya no hay nada que puedan quitarle: es uno de los 35 campeones del mundo de Fórmula 1 en la historia. Lo ganó, y eso es lo único que cuenta.
Y lo ganó a su manera. Y eso, posiblemente, es lo que más importa.
Merecido o no es una cuestión irrelevante, pero Norris también es un campeón muy adecuado para su generación.
No se trata solo de ganar un título siendo un “tipo agradable”. Hubo muchos pilotos que desmontaron esa teoría graciosa de que solo puedes ser campeón de F1 si eres un cabrón, o al menos algún tipo de tipo duro dispuesto a dejar todo lo demás a un lado para alcanzar el objetivo. Dicen que necesitas ser despiadado para ganar un título de F1. Que necesitas ese instinto asesino que el propio Norris admitió muchas veces que no tiene realmente.
Pero en realidad no es necesario: su título así lo demuestra.
Foto de: Andrew Ferraro / LAT Images via Getty Images
Un título ganado por alguien que habló tan abiertamente de sus propios problemas de salud mental podría convertirse en algo mucho más grande para muchos de los que siguen y apoyan a Norris.
Sebastian Vettel lo dijo mejor que nadie. “En general estoy impresionado por él; una cosa es su pilotaje, pero más aún como ser humano, lo valiente que es al abrirse y hablar sobre cómo se siente”, dijo el alemán hace unas semanas en el pódcast Beyond The Grid. “Y eso encaja con lo que intentaba explicar antes, cuando era un tabú. Era como: no hablas de eso –y nadie lo hacía–. Y entonces tenías esta imagen de los pilotos de carreras como si fueran máquinas: precisas y sin errores, y todo era pilotar. Y no muestras debilidades… Y esto pasa en todos los deportes, ‘no muestres debilidades’, porque no quieres enseñárselas a tu rival, bla bla bla”.
“Y creo que es todo una tontería. Creo que todos somos humanos, todos tenemos nuestros problemas, y es genial ver a Lando como un modelo a seguir dentro de la Fórmula 1. Pero también, especialmente fuera de ella, y creo que esa es también la razón por la que es tan popular. Porque da a la gente algo diferente”.
Está bien ser vulnerable. Está bien estar mal. Está bien dudar y cuestionarte. Y está bien admitirlo también –aunque todos te digan que es una debilidad–. Porque lo que muestra el ejemplo de Norris es que el talento y el trabajo duro bastan para tener éxito. Y que no necesitas fingir ser otra persona. Puedes ser quien eres.
Claro que Norris también tuvo que luchar contra sus demonios. Lo vimos todos en directo en Hungría, ¿verdad?
Foto de: Andy Hone / Motorsport Images
¿Fue correcto apartarse y dejar pasar a su compañero Oscar Piastri, sabiendo que perdía siete puntos importantes mientras aún existía la esperanza de alcanzar a Verstappen? Seguro que se hizo muchas preguntas durante esas vueltas finales en Budapest. ¿Debía hacer lo que sabe que es correcto, o lo que haría un verdadero “campeón”?
¿Lo haría Michael Schumacher? ¿Lo haría Ayrton Senna? ¿Lo haría Max?
Por supuesto, ninguno de ellos habría dejado pasar a Piastri, pensaría Norris en ese momento, mientras tenía ese intercambio tan incómodo por radio con su ingeniero de pista, Will Joseph. Pero al final, decidió hacer algo que Lando Norris haría.
“La manera de ganar un campeonato no es hacerlo tú solo”, le dijo Joseph entonces. “Vas a necesitar a Oscar y vas a necesitar al equipo”.
¿Y no acabamos de ver lo acertado que estaba?
Foto de: Zak Mauger / LAT Images via Getty Images
Lando Norris ganó el campeonato del mundo de 2025 superando a Verstappen por dos puntos –y es casi asombroso pensar que en Monza, Piastri podría haber evitado fácilmente que sumara los tres puntos extra que consiguió–. Y si Norris no hubiera hecho lo que hizo en Hungría, Oscar probablemente no habría sido tan complaciente. Quizá hacer lo correcto da frutos después de todo –solo que no tan rápido como hacer lo contrario…
Claro, todo esto es hilar fino. Al final, una diferencia de dos puntos puede rastrearse hasta decenas de momentos. Pero Monza es sin duda uno de ellos.
Demostró que no necesitaba convertirse en enemigo de nadie. Ni de Piastri, ni siquiera de Verstappen.
“Jamás vencerás a Max si eres amigo suyo”, le dijo prácticamente todo el mundo tras la carrera del año pasado en Austria. Pero después de exigir una disculpa a Verstappen en sus entrevistas tras aquella carrera, Norris decepcionó a los expertos de sofá disculpándose él mismo casi con el neerlandés al llegar a Silverstone.
“Probablemente dije algunas cosas en las que no creía realmente”, dijo. “Seguro que es demasiado blando para ser campeón”, concluyeron muchos.
Foto de: Erik Junius
Pero lo logró. Y demostró por el camino que no necesitas ser enemigo de alguien con quien simplemente compites en la pista. Puedes seguir riendo, puedes seguir de fiesta juntos o jugar a videojuegos. Porque la Fórmula 1 no es una guerra: es solo Fórmula 1. Puedes ganarla si eres suficientemente bueno como piloto.
El título de Norris también va de lealtad. Y probablemente no habría tenido sentido que el primer título de pilotos de McLaren F1 en tantos años lo hubiera ganado otra persona.
“Tiene que irse de allí”, le dijeron. Pero él se quedó con el equipo que lo llevó a la Fórmula 1 durante los momentos difíciles.
Sí, ha tenido el mejor coche. Pero también esperó lo suficiente para tenerlo.
Así que… bien hecho, Lando Norris. Enhorabuena por mantenerte fiel a ti mismo. Y gracias por ello.
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