Con más de 1.100 millones de habitantes, el mercado automotriz chino es altamente competitivo, con más de 100 marcas presentes. La industria automovilística china pasó de no existir a liderar el mundo en apenas una generación. El crecimiento fue exponencial gracias a la aparición de numerosas marcas jóvenes y a las grandes ayudas estatales.
China vive una batalla comercial que amenaza con destruir lo creado y el Gobierno de Xi Jinping, tal y como ya había anunciado, ha decidido tomar el control.
Durante más de una década, las principales marcas del país han ganado éxito y poder.
Compañías como Chery, Geely, BYD, SAIC, XPeng y muchas otras hoy son conocidas a escala mundial. Muchas de ellas han cruzado fronteras para demostrar que la industria automovilística china puede equipararse a la de cualquier otra región. Sin embargo, tras un mercado floreciente se esconde una nube negra que pone en riesgo la economía del país.
La guerra comercial ha reducido los márgenes de beneficio, incluso los de grandes corporaciones como BYD.
Su presidente ya ha dado la cara para explicar por qué una de las mayores empresas del país sigue reduciendo sus beneficios. Las marcas chinas rebajan los precios para atraer clientes, con tarifas que dejan poco o nulo margen de ganancias. Grandes empresas como BYD siguen ganando dinero, aunque menos, pero más delicada es la situación de otras marcas más pequeñas.
Muchas viven asfixiadas y son varias al año las que anuncian el cese de actividad.
Para evitar una escalada de cierres, el Gobierno ha decidido tomar las riendas y fijar las condiciones para establecer nuevas reglas en los precios de los coches. Será el estado el que fije las cuantías máximas y mínimas que las marcas anunciarán en los concesionarios. Controlar un mercado no ha sido nunca una señal de salud y bienestar, pero China cree que esta es la mejor manera para que el mercado siga la misma línea. ‘Pautas de Cumplimiento del Comportamiento de Precios de la Industria Automotriz’.
Así es como la administración ha decidido bautizar el borrador al que las marcas tienen que responder. BYD, XPeng y otras marcas ya han apoyado la medida.
Las principales empresas de la industria parecen estar de acuerdo en seguir las ‘directrices’ para pactar precios. El texto gubernamental está compuesto por cinco capítulos y 28 artículos que ofrecen una orientación clara sobre las prácticas de fijación de precios para los fabricantes de automóviles.
El enfoque de las directrices en la fijación de precios podría obligar a los fabricantes de automóviles a estandarizar los precios en todas las regiones y canales de venta, reduciendo las diferencias arbitrarias. La flexibilidad de los concesionarios para las promociones locales podría verse limitada, y podrían reducirse las prácticas anticompetitivas, como la colusión de precios o las subidas repentinas. Estandarizar estas prácticas en todo el sector podría reducir los riesgos legales y reputacionales, además de mejorar la transparencia y la confianza del consumidor.
BYD, NIO, XPeng y GWM han sido las primeras en aceptar las reglas.
REDACCIÓN FV MEDIOS
