Una cosa es lo que se promete y otra bien diferente lo que se cumple. El año 2024 no está siendo especialmente bueno en lo que a ventas electrificadas se refiere. Todos los indicadores apuntan a que estamos ante un año de crecimiento nulo o negativo en cuanto a cuota de mercado eléctrico. Las previsiones estiman que será muy difícil cumplir con el objetivo de normalización de 2035 y mucho menos que las marcas sean capaces de cumplir con las atrevidas y agresivas campañas anunciadas hace años. Volkswagen tiene que recortar (una vez más) sus planes eléctricos y esta vez se centra en las baterías.
Si no se venden tantos coches eléctricos no se necesitan tantas baterías. Está lógica y aplastante relación de sucesos es la que están viviendo los alemanes. Desde el nacimiento de la familia ID en 2020, Volkswagen ha asombrado al mundo con una estrategia que ahora se antoja excesivamente prometedora. La familia eléctrica crece, las ventas aumentan, pero no al ritmo esperado. Actualmente el conglomerado alemán, el Grupo Volkswagen, ocupa la tercera posición entre los fabricantes de coches eléctricos más populares del mundo, tras Tesla y BYD.
Entre sus muchos planes, Volkswagen esperaba volverse una marca 100% eléctrica en 2030, algo que será casi imposible de cumplir. Como parte fundamental de esa estrategia anunciaron la construcción de seis grandes fábricas de baterías para finales de la década. Seis centros repartidos por Europa y Estados Unidos que serían pieza fundamental de la ansiada independencia de Volkswagen con respecto a la industria de baterías de China. Tres han sido las fábricas anunciadas hasta la fecha: Skelleftea (Suecia), Salzgitter (Alemania) que está a punto de abrir sus puertas y Sagunto (España).
Con una producción estimada de 240 GWh de energía para baterías a finales de 2030, las fábricas restantes ya deberían estar anunciadas, pero no ha sido así. Como ya supimos hace un año, las proyecciones estiman que con los tres centros actuales Volkswagen tendrá cubierta las necesidades de baterías hasta 2028, por lo que ahora mismo no se construirán más fábricas. Los trabajos de búsqueda y negociación se han parado y no sólo eso, las fábricas actuales no tendrán tanto trabajo como se estimaba. La producción se recortará y, en el caso de la española, se tardará más en incrementar el ritmo de trabajo.
Las obras de Sagunto comenzaron a finales del año pasado y avanzan a buen ritmo. Sin embargo, ahora, Volkswagen reconoce que no necesita tantas baterías. La producción se ha recortado a la mitad, 170 GWh y se ha reorganizado toda la producción de las líneas. La planta valenciana no estará operativa hasta 2026, aunque ya estaban proyectadas varias obras de ampliación que ahora no se llevarán a cabo. Esto supone que Sagunto podría contratar menos personal del que estaba estimado ya que habrá menos líneas de trabajo y menos volumen de producción.
Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.
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