Circular por las congestionadas grandes ciudades evidencia que el tráfico supone un problema grave y una considerable pérdida de tiempo. Con la expansión del comercio electrónico, los repartos de última milla han multiplicado su actividad tras la pandemia de COVID-19. Las calles están repletas de vehículos de reparto que tratan de entregar los paquetes a tiempo, enfrentándose a retos que van más allá del tráfico.
Estos miles de vehículos de reparto representan costes de decenas o centenares de millones de euros al año para las empresas de logística. Por ello, cada vez son más los vehículos alternativos que realizan dichos trabajos. Desde vehículos unipersonales hasta ciclistas o motoristas que escapan del tráfico y de los problemas de aparcamiento. El tiempo y los costes derivados de esas entregas de última milla suponen miles de millones de euros anuales.
Muchas compañías ya están dando el salto al vehículo eléctrico, aunque en ocasiones estos ofrecen más problemas que ventajas, como limitaciones de autonomía o un elevado precio de adquisición.
Sin embargo, no siempre se necesitan grandes vehículos industriales para realizar las labores de reparto. Cada vez son más los fabricantes que apuestan por soluciones eléctricas más comedidas en tamaño y precio, como el Renault 4 Van. Se trata de la versión de reparto del popular Renault 4 E-TECH, que ya lleva varios meses en el mercado.
A simple vista, cuesta diferenciar entre la versión ‘profesional’ y la particular. Los ingenieros franceses han creado lo que parece el vehículo de reparto ideal: eléctrico, barato de mantener, fácil de aparcar y con la siempre importante etiqueta CERO de la DGT.
Externamente parece un Renault 4 normal, pero la versión Van prescinde de la segunda fila de asientos. Tras las butacas delanteras se instala una reja de separación —obligatoria por normativa— que delimita un maletero con 1.045 litros de capacidad.
Ofrece una carga útil de hasta 375 kilogramos y permite transportar objetos de hasta 1,202 metros de largo y 92,4 centímetros de ancho. No es el espacio de carga más grande del mundo, pero para determinados trabajos y funciones no se requiere más. Además, su ancha y alta boca de carga facilita la introducción de objetos voluminosos.
A nivel mecánico, ofrece un único motor con 120 o 150 caballos, que, gracias a una batería de 40 o 52 kWh de capacidad, homologa entre 311 y 409 kilómetros de autonomía (ciclo WLTP). Una distancia que es posible alcanzar prácticamente en recorridos urbanos, aunque el vehículo también puede salir de la ciudad sin grandes limitaciones. Para la recarga, Renault incluye cargadores de alto rendimiento capaces de recuperar del 15% al 80% de la capacidad de la batería en apenas 30 minutos.
En un punto doméstico de 7,4 kW, puede recuperar el 100% de la carga en aproximadamente 5 horas. Su precio de venta oscila entre los 23.961 y los 26.390 euros, con promociones, pero sin incluir las posibles ayudas estatales.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

