A través del documental ‘Bravissimo’ de DAZN, Fernando Alonso rememora su primer campeonato mundial de Fórmula 1 con Renault, bajo la dirección de Flavio Briatore. El piloto asturiano revive sus duelos con McLaren, los momentos clave, la presión y el respaldo de la afición.
El bicampeón del mundo aún conserva «muy presente» aquel éxito inicial y considera 2005 como un año especial: «Lo recuerdo muy bien todavía, está muy presente. Era el primer año que realmente teníamos un coche campeón. En 2003 tuve un coche para luchar por podios, hice mi primera pole, mi primer podio y fue ya un anticipo de lo que podía pasar en 2005, pero sí que en 2005 la verdad es que salía todo muy bien».
«Fue el primer año de mi carrera en la Fórmula 1 en el que llegaba al gran premio con la presión de obtener un resultado. Hasta ese momento llegaba para intentar hacer lo mejor y sumar los máximos puntos, pero ahí ya llegué con un propósito muy concreto, que era sumar más puntos que Räikkönen, estaba en modalidad campeonato por primera vez en mi vida».
«El coche era muy bueno y cuando el coche es muy bueno las fórmulas aparecen automáticamente y el buen ambiente aparece automáticamente», añadió.
Desde el principio, Alonso identificó a McLaren y, en concreto, a Kimi Räikkönen como su rival principal, analizando fortalezas y debilidades para maximizar su ventaja.
«Lo veía como que estábamos luchando contra un gigante. McLaren era un equipo que había luchado fuerte y había dominado los años anteriores, era el máximo rival de Michael Schumacher también».
«Creo que el McLaren era un pelín más rápido que el Renault en 2005, pero tenía muchas menos fiabilidad, por lo que ese era nuestro punto fuerte: acabar todas las carreras».
Respecto a Ferrari y Michael Schumacher, el español los descartó rápidamente: «Estaba Michael Schumacher en 2005, pero él no tenía un muy buen coche y sabía que mi rival iba a ser Kimi».
El inicio de temporada resultó crucial, con tres victorias y un podio en las cuatro primeras carreras, lo que permitió acumular un colchón de puntos y reorientar la estrategia del equipo.
«Empezamos el campeonato muy fuertes, con muchas victorias y un coche muy fiable. También el McLaren de Räikkönen era muy rápido, pero tenía muchos problemas de fiabilidad, así que o ganábamos por méritos propios o ganábamos cuando él rompía. Pero si tenían un fin de semana normal sabíamos que eran un pelín más rápidos, por lo que esa era la gran preocupación que tenía en 2005, aprovechar cada vez que McLaren tenía un mal fin de semana porque había otros que íbamos a perder puntos».
«Entonces acumulamos muchas victorias y una gran ventaja en el campeonato, y cada carrera se vivió de forma diferente», explicó.
Alonso también destacó el papel clave de Flavio Briatore en el éxito de 2005, la persona que confió en él para llevarlo a la F1 y que en Renault se convirtió en el jefe ideal.
«Flavio no perdía nunca la perspectiva de ganar el mundial, creo que todos estábamos muy centrados en ganar. Las primeras carreras sí que íbamos un poco más carrera a carrera, intentando conseguir buenos resultados, pero a partir de la carrera 5 o 6, que ya teníamos un colchón importante de puntos con un coche fuerte, ya empezamos a correr en modo campeonato».
«Entonces Flavio, cuando había un fin de semana malo o sumábamos pocos puntos, hacía rápidamente un cálculo o la media de lo que necesitábamos en los siguientes tres o cuatro grandes premios, o decía ‘esto compensa a Imola cuando McLaren rompió el motor’, siempre hacía cálculos para tenernos a todos al 100% motivados».
Con el avance de la temporada, el piloto ovetense fue consciente de que vivía un año excepcional, donde todo encajaba, y señaló el GP de Francia 2005 como otro momento decisivo.
«Sentía que tenía una conexión fuerte con ese 2005, porque a veces las cosas tienen que salir porque simplemente tienen que salir».
«Estábamos en Francia, liderando el campeonato, con un equipo francés, con todos los altos cargos de Renault en el paddock… Y ganamos la carrera, con el público también rendido, ya no era solo en Barcelona que veíamos todas las gradas azules, ya era en todos los países».
«Y ahí, aunque sigues soñando con el mundial, lo que sentí después de Magny-Cours es que íbamos por el buen camino».
Sobre la presión y su juventud (entonces el campeón más joven de la historia), Alonso asegura que no le afectó: «Claro que tienes presión, siempre la he tenido en mi carrera deportiva… Y me preguntaban en esas carreras cruciales, en Brasil, cómo estaba ese fin de semana cuando teníamos ya el match-ball para ganar el campeonato, si podía dormir por las noches y todas esas cosas, pero la verdad es que no me afectó demasiado la presión ese año».
Mirando atrás, el piloto español, que 20 años después sigue compitiendo en la F1 con Aston Martin, reconoció que todo «ha pasado rápido» y agradeció especialmente el apoyo incondicional de la afición.
«Ha pasado rápido, yo creo que sobre todo con la afición, que ya son 20 años pero han seguido ahí siempre presentes, han tenido mejores años y peores años, incluso fuera de la F1 cuando lo dejé momentáneamente esos dos años para probar otras categorías, y siempre se han mantenido ahí al pie del cañón, entonces han hecho también que haya pasado tan rápido porque ha sido siempre como una continuación de esos años tan maravillosos, y por eso también sigo corriendo un poco, porque sigo disfrutando como si fuese 2005 ahora».
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

