Varias marcas automovilísticas podrían enfrentar bancarrotas en 2024, siendo destacada la situación de Fisker y Canoo. Fisker, una firma con altas expectativas, ha sufrido graves consecuencias. Por su parte, Canoo, especializada en furgonetas eléctricas y con el respaldo de la NASA, está en peligro.
Canoo, que antes se destacaba en el ámbito estético automovilístico, ha mostrado señales de problemas financieros desde hace meses. Recientemente, se ha visto obligada a enviar a sus empleados a una «pausa obligatoria no remunerada» hasta 2025, con incertidumbre sobre su futuro y posiblemente enfrentando la bancarrota.
La compañía ha enfrentado desafíos financieros, incluyendo la revelación de que su directivo gastó más de lo generado en un jet privado. Además, se han hecho públicas deudas significativas y una suspensión temporal del personal. Informes recientes revelan que la empresa mintió sobre la producción de vehículos en Oklahoma, lo que ha agravado su situación financiera.
Canoo ha sido acusada de no cumplir con la producción prometida y de problemas organizativos internos. A pesar de poseer equipo necesario para la producción, se han confirmado irregularidades en sus operaciones. El futuro de la empresa, liderada por Tony Aquila, propietario de AFV, permanece incierto, con pronósticos desfavorables en los próximos meses.
