En la Fórmula 1, donde la información es poder, hay relaciones que rompen las normas no escritas del paddock. La de Fernando Alonso y Gabriel Bortoleto es una de ellas. No es habitual ver a un bicampeón del mundo ejerciendo casi de mentor de un rival directo. Pero tampoco es habitual encontrarse con un talento como el del brasileño.
Bortoleto lo ha reconocido en una entrevista con F1.com: habla mucho con Alonso y recibe consejos constantes, incluso sobre su rendimiento en pista. Algo poco común en un campeonato donde cada décima se defiende como si fuera oro.
«Hablo mucho con él. Y me da muchos ‘inputs’ sobre mis cosas en pista», explica el piloto de Sauber, ahora ya de Audi.
No es una relación nueva ni improvisada. Alonso lleva años señalando a Bortoleto como uno de esos talentos especiales que aparecen muy de vez en cuando. Ganar la Fórmula 3 y la Fórmula 2 en su primer año no es casualidad, y el asturiano ya advertía de ello mucho antes de que el brasileño aterrizara en la F1 en 2025.
El primer año de Gabriel Bortoleto en la Fórmula 1 ha confirmado muchas de esas expectativas. Sin hacer ruido excesivo, pero con hechos. En el campeonato ha terminado por detrás de su compañero Nico Hülkenberg, algo lógico si se tiene en cuenta la diferencia de experiencia. Sin embargo, el dato que mejor define su temporada está en la clasificación: 12-12 frente a un piloto de referencia como el alemán.
Un ‘rookie’ igualando a Hülkenberg en el duelo de clasificaciones no es un detalle menor. Es, directamente, una carta de presentación.
Y en ese proceso de aprendizaje, Alonso ha estado ahí. No solo como jefe de A14 Management, su agencia de representación, sino como algo más personal. Casi como ese padre deportivo que guía, aconseja y observa desde la distancia.
«Creo que está orgulloso, diría. Y eso me hace feliz», reconoce Bortoleto.
Hay otro aspecto que Alonso siempre ha subrayado del brasileño: la humildad. Algo que, en un entorno como la Fórmula 1, no siempre sobrevive al primer golpe de fama. Bortoleto insiste en que nada ha cambiado.
«No he cambiado en absoluto. He aprendido a gestionar mejor mi tiempo, pero mi personalidad es la misma».
Su filosofía es clara: «Siempre digo que, si algún día cambio, que me den una bofetada. De momento, no me han dado ninguna».
En un paddock donde muchos se transforman al subir al gran circo, Bortoleto sigue siendo ese piloto que bromea con su entorno y que intenta hacer sonreír a la gente que le rodea. Y eso, para alguien como Alonso, no es un detalle menor.
Ahora, el contexto cambia. 2026 marcará el inicio del proyecto Audi en Fórmula 1. Un salto enorme en responsabilidad y expectativas para un piloto que ya no será ‘rookie’.
Lejos de intimidarse, Bortoleto lo ve como una oportunidad. «Estoy muy emocionado de empezar este nuevo proyecto. Poder centrarme completamente en él y liderarlo será increíble».
Quizá ahí esté una de las claves por las que Alonso le presta tanta atención. Porque ve en Bortoleto no solo al talento que ya es, sino al piloto que puede llegar a ser. Y porque, en el fondo, el asturiano sabe que su legado en la F1 también se mide por a quién deja preparado para el futuro.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

