Desde los flexi-wings y los frenos hasta un sistema de refrigeración para los neumáticos: últimamente ha habido mucho debate en torno al McLaren MCL39. En la F1 no es raro que los rivales cuestionen la legalidad de los coches cuando estos son dominantes o dan un gran salto adelante de repente. En el caso del MCL39, fue sobre todo Red Bull Racing quien lo miró con recelo.
Según Andrea Stella, jefe de McLaren, esto ha jugado en contra del equipo austriaco. “Teníamos la sensación de que si nuestros competidores están tan ocupados con ese tipo de cosas, en realidad son ellos quienes se distraen”, afirma Stella a The Race. “Es casi algo positivo, porque significa que hay figuras senior dedicando su tiempo a conversaciones con la FIA y a preparar expedientes. Es bueno que enfoquen su atención ahí, en lugar de en los fundamentos de la Fórmula 1.
Eso nos dio bastante confianza: que algunos equipos asumieran la carga de la suposición de que puedes tener éxito aprovechando las reglas más allá de lo permitido. Nosotros hemos demostrado que también se puede tener éxito simplemente enfocándose en uno mismo y abordando correctamente los fundamentos, tanto técnicos como de rendimiento.”
El juego político no es nada nuevo en la Fórmula 1. Sin embargo, puede ser una distracción para los equipos bajo el microscopio, algo que Stella quería evitar. Quería que McLaren permaneciera especialmente abierto a las inspecciones de la FIA. “Pero en realidad nos dimos cuenta de inmediato de que las acusaciones eran bastante ligeras”, añade Stella.
“Para ser sinceros, siempre nos hemos mantenido bastante ecuánimes, pensando: ‘No dejemos que esto nos distraiga’. Claro, nos cuesta una hora, porque alguien debe mostrar algunos componentes a la FIA durante una hora. Pero eso no es una verdadera distracción. No nos aparta de lo que estamos haciendo.”
“Es un poco lamentable que los equipos puedan emitir actualmente acusaciones ligeras o inconsistentes, que luego generan trabajo extra: trabajo para la FIA, trabajo para el equipo inspeccionado”, insinúa Stella, en referencia a algo que el CEO Zak Brown ya había planteado: un límite de costes más alto para que los equipos puedan presentar protestas.
“Y eso beneficia al equipo que lanza la acusación, porque ahora nosotros debemos trabajar, simplemente porque hay interés en nuestro coche y debemos colaborar con las inspecciones. No tenemos que cambiar nada, porque no hay nada que cambiar, pero sí es una distracción, o al menos una posible distracción.”
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