Hasta hace poco, la calidad de la conexión Wi-Fi era una de las preguntas más habituales al reservar un alojamiento. Hoy, para una parte cada vez más creciente del turismo, especialmente entre quienes viajan en coche eléctrico, la prioridad ha cambiado: antes que la contraseña del router, muchos viajeros preguntan si podrán recargar su vehículo durante la estancia.
Este cambio de comportamiento del cliente ha obligado a numerosos alojamientos turísticos a adaptarse. El ejemplo más claro es el de Paradores de Turismo de España, que ha puesto un plan para instalar 294 puntos de recarga para vehículos eléctricos en 88 de sus ubicaciones. En colaboración con Endesa X Way, la red incluye cargadores semirrápidos de 22 kW en corriente alterna y 17 estaciones rápidas de 50 kW en corriente continua, disponibles para clientes y visitantes.
La iniciativa forma parte del compromiso de Paradores con la sostenibilidad y la movilidad eléctrica, y responde a una demanda cada vez más habitual entre sus huéspedes. “Nuestros clientes valoran poder cargar su coche mientras disfrutan del alojamiento. Es un servicio que se está convirtiendo en esencial”, señaló Óscar López, presidente de la cadena pública, en la presentación del proyecto.
El auge de esta necesidad no se limita al segmento hotelero de alto nivel. Según datos del portal especializado Sensación Rural, cada vez más alojamientos rurales incorporan puntos de recarga como parte de su oferta básica. Aunque muchos de ellos no publicitan la inversión realizada ni figuran en listados oficiales, plataformas de reserva ya permiten filtrar por alojamientos con cargador para coche eléctrico.
Este fenómeno va más allá y también se extiende a campings. Aunque no existen cifras oficiales centralizadas, desde asociaciones regionales de turismo como Hosbec (Comunidad Valenciana) o Zaragoza Turismo reconocen que la disponibilidad de puntos de carga influye de manera determinante en la elección del alojamiento, sobre todo entre turistas nacionales que recorren largas distancias por carretera.
La tendencia marca un giro en las prioridades del viajero moderno, donde muchos usuarios eligen los alojamientos por el punto de carga. En destinos rurales o naturales, donde la infraestructura pública aún es escasa, disponer de un enchufe privado no solo aporta comodidad, sino seguridad. Para muchos conductores, quedarse sin batería durante una escapada no es una opción. Por eso, el enchufe ha dejado de ser un extra y se ha convertido en un criterio de selección tan importante como la cama o el desayuno.
En un contexto de transformación del turismo hacia modelos más sostenibles, la disponibilidad de recarga eléctrica se perfila como un nuevo estándar de calidad. Y en muchos casos, un cargador puede pesar más que la velocidad del Wi-Fi al decidir dónde dormir.
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Cuando el enchufe es más importante que el Wi-Fi: así cambian las prioridades de los nuevos conductores eléctricos
