#Deportes: Así fue el debut de Hamilton con Ferrari; su día a día en Australia #F1

Los pilotos de Ferrari son siempre uno de los principales centros de atención en el paddock de la F1. Pero el fichaje de Lewis Hamilton llevó la locura por Ferrari en Melbourne a otro nivel en el Gran Premio de Australia que abrió el curso el pasado fin de semana, incluso se podían ver más gorras rojas que “naranjas papaya” en honor al piloto local Oscar Piastri.
La Scuderia no ha dejado piedra sin remover para dar la bienvenida de Hamilton en Maranello, y después de tres días de test en Bahrein esa atención al detalle también se mostró con un logo personalizado de Hamilton y un mensaje de bienvenida integrado en su volante.
El entusiasmo de Hamilton era evidente para todos cuando se dirigió a hablar con la prensa el jueves, ya que fue muy sincero al hacer referencia al período de adaptación que sentía que iba a necesitar con un coche muy diferente después de 12 años en Mercedes.
“Llego a este fin de semana con la mente muy abierta”, dijo en la rueda de prensa de la FIA. “Se trata de coger un buen ritmo. Aún estoy aprendiendo a pilotar este nuevo coche, que es muy diferente a los que he pilotado durante toda mi carrera. Todo el equipo trabaja de forma completamente diferente”.
“Este es sin duda el momento más emocionante de mi vida. Lo estoy disfrutando mucho y estoy muy emocionado por subirme al coche mañana”, añadió.
Lewis Hamilton, Ferrari
Foto: Glenn Dunbar / Motorsport Images
Esa adaptación continuó en Albert Park el viernes con una FP1 “desordenada”, en la que Hamilton se quedó a seis décimas de su compañero Charles Leclerc, mientras que su quinto puesto en la FP2 claramente parecía ser más prometedor.
Un reto para el piloto de 40 años fue entender qué cambios de puesta a punto podía hacer, ya que las herramientas a su disposición no son necesariamente las mismas que las que podría usar en Mercedes. Esa memoria muscular tiene que reconstruirse desde cero, y con las limitaciones de tiempo de los entrenamientos libres no se consigue de la noche a la mañana.
“Todavía me estoy acostumbrando a todos los cambios de puesta a punto. No los conozco de memoria como solía hacerlo en Mercedes, porque llevaba allí muchos años. Todavía estoy trabajando para entender qué herramientas podemos utilizar. Charles lo sabe porque lleva mucho tiempo aquí”.
Todo sonaba bastante sensato y Hamilton aún parecía muy relajado, pero uno no tenía la impresión de que se sintiese muy cómodo de cara a su primer fin de semana de rojo. Parecía concentrado pero resignado a soportar un periodo de adaptación más lento de lo que tenía en mente.
A pesar de todas las dudas de Hamilton, al menos Ferrari parecía ser competitivo con Leclerc liderando la FP2. La FP3 del sábado por la mañana también ofreció una perspectiva positiva, con Ferrari, Red Bull y Mercedes muy igualados, aunque por detrás de McLaren.
Pero en la clasificación, sobre todo en la Q2 y Q3, Leclerc y Hamilton sufrieron para exprimir el ritmo de su Ferrari SF-25, con Hamilton de hecho marcando un tiempo más lento en la Q3 que en la Q2, mientras que sus rivales todavía encontraron unas décimas extra. El resultado final fue muy decepcionante, con Leclerc y Hamilton ocupando el séptimo y octavo puesto respectivamente, por detrás incluso de dos monoplazas de Racing Bulls y Williams.
La diferencia de dos décimas respecto a Leclerc llevó a Hamilton a decir: “Pensaba que estaba más adelante de lo que estaba”, pero al hablar en el corralito de la prensa parecía haber disfrutado de su primera clasificación con un Ferrari, y se le iluminaron los ojos cuando se le preguntó por el apoyo recibido hasta la fecha.
“Ha sido increíble todo el fin de semana, el recibimiento, el foro de los aficionados, el primer paddock club de rojo, y todo ha sido literalmente ‘el primero’ durante el fin de semana, como el primer entrenamiento y la primera clasificación. Y ver a todo el mundo de rojo, la recepción que tuvimos en el escenario con Charles, es muy diferente a lo que he experimentado en el pasado. El amor por el rojo es diferente”.
El sábado, Hamilton admitió abiertamente que aún no conocía del todo los reglajes del Ferrari en mojado, un comentario que presagiaba un debut complicado, ya que tuvo problemas para mantener el coche en pista durante gran parte de la tarde.
Hamilton fue incapaz de seguir a Leclerc para adelantar a Albon y Tsunoda, y mientras perseguía al Williams su falta de química con el exingeniero de carrera de Carlos Sainz, Riccardo Adami, se dejó ver por primera vez en la radio del equipo. Le dijo educada pero cortésmente al italiano “déjame en paz, por favor” y que no repitiera tanto las instrucciones.
Esos son los fragmentos más interesantes de la emisión, pero escuchando todo el intercambio que mantuvieron a lo largo de la carrera, es justo decir que Hamilton y Adami se compenetraron bien.
Es un difícil ejercicio de equilibrio para Adami porque, por un lado, Hamilton realmente necesita más información, instrucciones y recordatorios en sus primeras vueltas con Ferrari, pero el piloto británico también prefiere una comunicación más escueta. 
“Creo que Riccardo ha hecho un buen trabajo”, dijo Hamilton, que tras 12 años con su exingeniero Peter Bonnington, ha cambiado de ingeniero de carrera. “Estamos aprendiendo el uno del otro y poco a poco iremos analizando todos los comentarios. Por lo general, no soy de los que les gusta recibir mucha información, a menos que la necesite y la pida. Pero hoy lo ha hecho lo mejor que ha podido”.
“Inevitablemente, hay un período de transición y hay una base que necesita ser construida. La confianza no es algo que se adquiere al entrar por la puerta, sino que se construye con el tiempo”, añadió.
Lo que no ayudó fue que Ferrari juzgara mal la llegada de otro chaparrón, diciéndole a Hamilton (y a Leclerc) que siguieran en pista con gomas de seco, lo que le dio el liderato brevemente, porque “con suerte” no llovería más. Las gradas aplaudieron a rabiar, pero pronto se dieron cuenta de que esa elección no era la correcta.
La respuesta de Hamilton a su terrible experiencia en Australia fue una valiosa lección, pero pragmática. “Dijeron que sólo sería un chaparrón corto y de repente llegó más. Creo que sólo faltó ese poco de información al final. He aprendido muchísimo este fin de semana. Voy a hacer algunos cambios la semana que viene y a ver qué tal. Pero hoy ha sido un curso intensivo conduciendo un Ferrari bajo la lluvia. Ha ido mucho peor de lo que pensaba”.
Ferrari también tendrá que hacer algunos deberes con un coche al que deben sacar más rendimiento, al igual que Hamilton sigue puliendo los datos para sacar más rendimiento de sí mismo. El periodo de luna de miel aún no ha terminado, pero lo que parece claro es que el final de cuento de hadas con un octavo título mundial, de momento, tendrá que esperar.




En este artículo
Filip Cleeren
Fórmula 1
Lewis Hamilton
Ferrari
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