#Deportes: el podio de un Leclerc líder revela más de lo que aparenta #F1
“Hemos tomado una dirección diferente que me gusta. Si seguimos por este camino, espero que podamos lograr nuestro primer podio”. Estas declaraciones fueron realizadas por Charles Leclerc en la víspera del Gran Premio de Arabia Saudí, donde el piloto de Ferrari mostró un optimismo palpable ante una carrera que, a simple vista, se adecuaba a las características del SF-25, aunque también podría poner de manifiesto sus limitaciones.
El balance del fin de semana dejó a Ferrari con dos conclusiones interrelacionadas: el primer podio del año representa un impulso anímico para un equipo que buscaba y necesitaba enviar un mensaje, pero también subraya que el camino hacia un retorno regular a la cúspide es extenso y depende de futuras evoluciones.
Durante la clasificación, Ferrari se posicionó como la cuarta fuerza, afectada por la falta de carga aerodinámica, lo que limitó el aprovechamiento del potencial del monoplaza. Sin embargo, en carrera, el Cavallino sorprendió al reactivarse —similar a lo ocurrido en Baréin antes del coche de seguridad—, incluso deslumbrando a la propia escudería.
Al término de la carrera, Frédéric Vasseur, director del equipo, admitió no tener una explicación clara sobre la competitividad del SF-25 en la fase final del primer stint con neumáticos medios, aunque enfatizó un dato anómalo: la diferencia de rendimiento entre clasificación y carrera. Esta brecha resalta la necesidad de mejorar en las vueltas rápidas para asegurar posiciones más elevadas.
Partir desde la cuarta posición, justo detrás de George Russell, afectó el ritmo de Leclerc en el primer tramo, pero también fue crucial para su competitividad al final del stint. Sin una ventaja suficiente para adelantar en pista, Charles optó por mantener cierta distancia durante los primeros 20 giros, evitando así la estela sucia del Mercedes.
Esta estrategia tuvo dos efectos: se adaptó al ritmo de Russell, rodando aproximadamente seis décimas por vuelta más lento que los líderes. En esos 17 giros entre el final del coche de seguridad y la parada del británico, Leclerc acumuló más de 11 segundos de desventaja con Max Verstappen.
No obstante, una vez que Russell ingresó a boxes y Leclerc tuvo pista libre, desató su ritmo. Redujo los tiempos con una progresión que sorprendió incluso a Ferrari, lo que le permitió extender su stint: una decisión clave para contener la remontada de Lando Norris.
Es crucial entender la fuente de esta mejora en el ritmo y cómo interpretarla dentro de un análisis más amplio de la carrera. La respuesta más lógica sugiere que la evolución en los tiempos surgió de un mayor empuje en las curvas, con la confianza de poder incrementar el ritmo sin el riesgo de acercarse a un aire sucio que comprometiera los neumáticos.
Las casi seis décimas de media acumuladas en las primeras veinte vueltas resultaron de mantener un ritmo notablemente más lento en las curvas, con una gestión del acelerador mucho más prudente, lo que redujo el estrés sobre los neumáticos, tanto por la disminución de deslizamientos como por las menores cargas soportadas.
Esto se refleja en la comparativa telemétrica con Verstappen, que no solo confirma lo anterior, sino que también indica que el Ferrari era claramente más eficaz en las rectas, alcanzando picos de hasta 10 km/h más; una diferencia atribuible a decisiones aerodinámicas y a un uso diferente de los mapas de motor.
Aunque las velocidades punta representan un punto fuerte del monoplaza, es esencial observar este aspecto en el contexto general del rendimiento del SF-25.
Editado con FGJ CONTENT REWRITER