A principios de marzo, el presidente David Richards escribió una carta a los miembros de Motorsport UK en la que se dirigía a la FIA y apuntaba al presidente de la organización Mohammed Ben Sulayem y a su forma de gobernar la F1 y el conjunto de sus operaciones automovilísticas. Apenas un mes después, la FIA publicó una respuesta con instrucciones para que el presidente la compartiera en el sitio web y la revista de Motorsport UK. Y Richards, en su propia reacción publicada el miércoles, no se mostró entusiasmado con lo que la organización había dicho.
Richards dijo: “Lo que es decepcionante en esta carta de Alberto es la indiferencia por las preocupaciones muy reales que se han expresado, no sólo por mí, sino por un número creciente de personas, de que la gobernanza y la organización constitucional de la FIA se está volviendo cada vez más opaca y concentrando el poder en manos del presidente únicamente“.
Todo este tira y afloja comenzó poco después de que Richards se negara a firmar un acuerdo de confidencialidad que se le exigía para asistir a una reunión del Consejo Mundial del Motor. Su carta, publicada en el número de marzo de la revista de Motorsport UK dirigida a sus miembros, citaba lo que él llamaba “la gota que colmó el vaso” en el manejo de las cosas por parte de la FIA y exponía a grandes rasgos su preocupación por un futuro de la FIA bajo el liderazgo de Ben Sulayem, al tiempo que amenazaba con emprender acciones legales si no se abordaban estas preocupaciones.
Richards continuó explicando puntos específicos sobre lo que le hizo dudar a la hora de firmar la “orden de silencio” de la NDA (como se refirió a ella), y cómo esos puntos no entraban en los estatutos ya establecidos dentro de la FIA. También hizo hincapié en algunos de los cambios drásticos que se han producido dentro de la organización, señalando que “la situación ha empeorado progresivamente con informes de los medios de comunicación que confirman que numerosos altos cargos de la FIA y funcionarios voluntarios han sido despedidos o han dimitido bajo una nube opaca”.
Se refiere concretamente a los cambios introducidos en los comités de Auditoría y Ética dentro de la FIA, que en los estatutos recién aprobados trasladaron el poder de decisión del responsable de cumplimiento y del comité al propio presidente de la FIA, lo que sin ironía planteó algunas cuestiones éticas.
David Richards y Mohammed Ben Sulayem, Presidente de la FIA
Foto: Mark Sutton / Motorsport Images
La respuesta de la FIA, a fecha del 7 de abril y redactada por su director general, Alberto Villarreal, no abordaba por completo las preocupaciones que Richards puso sobre la mesa en su carta inicial.
El director general de la FIA tomó nota de los problemas de Richard en relación con el acuerdo de confidencialidad y le dijo: “La FIA, como es habitual en los negocios, y estoy seguro de que en muchas organizaciones que usted ha dirigido, cuenta con procedimientos para proteger la información, incluidos los acuerdos de confidencialidad. Dichos acuerdos forman parte de la actividad empresarial”.
“La divulgación no autorizada de información no sólo perjudica a la FIA, sino que socava la capacidad que tenemos para cumplir nuestra misión con los clubes miembros, afectando a los objetivos de aumentar la participación en el automovilismo, incrementar la accesibilidad y la innovación en el deporte que amamos”.
“Por tanto, no es de extrañar que las medidas adoptadas por la FIA para preservar la confidencialidad recibieran el apoyo abrumador de la gran mayoría de los miembros del Consejo Mundial del Motor. Teniendo eso en cuenta, nos cuesta entender su reticencia a someterse a los mismos términos y condiciones que sus compañeros, dado que reconoce el daño que las numerosas filtraciones del Consejo Mundial del Motor han hecho a la misión de la FIA”.
“Como miembro responsable del Consejo y alguien que actúa con integridad, confío en que no tenga ninguna objeción razonable a un acuerdo que simplemente sirve para reforzar la confidencialidad, y que está en línea con las mejores prácticas para una organización de las responsabilidades y el prestigio de la FIA. No se trata de una “orden de silencio”, como lo califica su carta”, decía.
Aunque esta sección de la carta de Alberto Villarreal reconoce al menos las preocupaciones de Richard en relación con el acuerdo de confidencialidad, no entra necesariamente en profundidad ni aborda las preocupaciones específicas esbozadas en la carta inicial.
La segunda mitad de la respuesta tiene un estilo similar, pero adopta un enfoque más de relaciones públicas, ya que destaca lo que Ben Sulayem ha construido para la FIA y defiende el crecimiento que la organización ha experimentado gracias a su liderazgo, incluida la conversión del déficit de 24 millones de euros de 2021 en una “mejora prevista de 2,2 millones de euros en 2024”, sin abordar ni una sola vez ninguno de los puntos de preocupación de Richards.
Mohammed Ben Sulayem, Presidente, FIA, Lando Norris, McLaren F1 Team, 1ª posición, Donald Trump
Foto: Steven Tee / Motorsport Images
El director general de la FIA concluye su respuesta no sólo con la petición de que su carta sea compartida, sino que añade que la FIA está orgullosa de lo que Ben Sulayem ha logrado, mientras la organización impulsa el futuro del automovilismo.
Richards dijo que si bien da la bienvenida a “un diálogo abierto y transparente sobre el desempeño de la FIA”, la organización ignoró por completo sus preocupaciones.
“Espero que a pesar de la carta de Alberto, en la que desestima estas cuestiones materiales, podamos tener una discusión sensata con el asesor jurídico de la FIA y resolver estos puntos. No son insuperables, pero tal y como están redactados actualmente son totalmente inapropiados. Tanto es así que otras partes han expresado las mismas preocupaciones, lo que ha dado lugar a adaptaciones de los acuerdos que han firmado. A mí todavía no se me ha brindado esa oportunidad”.
Concluye diciendo que estará en Oriente Medio y que espera reunirse con el propio Ben Sulayem para hablar de sus preocupaciones y quizás encontrar un terreno común y soluciones factibles. Y aunque se espera que Ben Sulayem esté en la pista por primera vez en esta temporada de la F1 en Bahrein, su tiempo será limitado ya que probablemente estará ocupado con las innumerables personas que necesitan hablar con el presidente de la FIA sobre otros temas, como el Pacto de la Concordia.
En este artículo
Lalita Chemello
Fórmula 1
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