#Deportes: La historia real detrás de la peineta de Verstappen en los test de Bahrein #F1

#Deportes: La historia real detrás de la peineta de Verstappen en los test de Bahrein #F1


Cuando Max Verstappen mostró su dedo corazón al pasar por el garaje de Williams durante la jornada del viernes del test de pretemporada 2025 de Fórmula 1 en Bahrein, se levantaron varias cejas en el paddock. La FIA anunció recientemente que tomarían medidas contra la conducta de los pilotos, y la cuenta de puntos de penalización del neerlandés le pone en riesgo de que le prohíban correr en el peor de los casos.
El de Red Bull tiene ocho puntos de penalización en su marcador. Cualquiera que acumule doce o más en un período de doce meses se enfrenta a la prohibición automática de un gran premio. Las dos primeras unidades del holandés no expirarán hasta el 30 de junio, el aniversario de su actuación en el Gran Premio de Austria 2024 con Lando Norris, que le valió una sanción de tiempo de diez segundos y dos puntos en su licencia.
Las imágenes de televisión del viernes por la mañana en el circuito de Sakhir mostraban claramente a Max Verstappen levantando el dedo corazón mientras salía del pitlane, justo delante del muro de boxes de Williams. El gesto parecía estar dirigido a un hombre de pie en el muro de los de Grove, que al principio parecía un fotógrafo.
Rápidamente se especuló con que el campeón del mundo estaba expresando su descontento hacia alguien que intentaba captar detalles técnicos de su RB21. Sin embargo, la realidad era bien distinta. Según la información de Motorsport-Total.com, la web hermana de Motorsport.com, el individuo en cuestión era el joven de la academia británica, Luke Browning, amigo del holandés.
Por lo tanto, el gesto de Max Verstappen no fue una reprimenda desafiante a un fotógrafo, sino más bien un “saludo amistoso” a un viejo conocido. No llevará al neerlandés más cerca de que le prohíban correr, ya que la FIA confirmó que no investigará el incidente, incluso después de que concluyan las pruebas.
Los responsables de la federación internacional indicaron que, dado que el incidente del dedo corazón se produjo mientras que Max Verstappen estaba en el coche, y no en una entrevista oficial, están dejando que todo ello repose. Además, el organismo recto no nombró formalmente a los comisarios durante las sesiones de pruebas.
Las recientes medidas de la FIA contra el comportamiento inapropiado de los pilotos provocaron un acalorado debate. Un ejemplo muy llamativo fue la multa de 10.000 euros a Adrien Fourmaux por decir “la cagamos” en una entrevista televisiva en el WRC, y el propio Max Verstappen tuvo sus encontronazos con la federación internacional por su uso del lenguaje.
En 2024, se le pidió que realizara un “servicio comunitario en el automovilismo” en la gala anual de premios en Ruanda después de usar la palabra “jod****” durante una rueda de prensa oficial en el Gran Premio de Singapur. El nuevo enfoque de línea dura del organismo rector no se recibió bien por la mayoría de los pilotos, e incluso provocó desacuerdos entre la Asociación de Pilotos de Grandes Premios [GPDA] y el no tan popular presidente, Mohammed ben Sulayem.
La estricta postura de la FIA también puede haber contribuido a los abucheos en el evento de presentación de la Fórmula 1 en Londres, cuando la presentadora, Laura Winter, mencionó a la organización. Incluso el propio Max Verstappen instó a adoptar un enfoque más comedido: “Sinceramente, no creo que sea necesario hacer cumplir las reglas de esta manera. Creo que necesitamos un poco de sentido común”.
“Entiendo que no podemos estar diciendo palabrotas todo el tiempo. Como pilotos, lo entendemos, pero en el calor del momento, cuando te están entrevistando o todavía estás en el coche, la adrenalina puede apoderarse de ti y se te puede escapar algo”, dijo. “Todos somos adultos. No hay que tomárselo tan al pie de la letra”.
Los recientes castigos de la FIA, incluso cuando un piloto no estaba insultando a nadie, sino simplemente expresando frustración por su coche o su rendimiento, como se vio en los casos de Max Verstappen y Adrien Fourmaux, tienen poco apoyo dentro del paddock, incluso el director de Mercedes, Toto Wolff, se oponía a ese asunto.
“Ninguno de nosotros fomenta ese lenguaje”, comentó. “Somos modelos de conducta y, aunque la gente se ría de ello, yo los veo como representantes de un deporte con cierto carácter caballeroso. Representamos la alta tecnología, la precisión, y en ese sentido somos diferentes de muchos otros deportes populares”.
“Para mí, nuestro deporte tiene una elegancia inherente, similar a la del rugby, donde insultar a un comisario sería impensable. Por lo tanto, debemos abstenernos de insultar a los comisarios, no es negociable, la FIA debe defender este aspecto, eso está claro”, añadió. “Debemos tener respeto hacia los competidores, los comisarios, e incluso dentro del propio equipo, no se debe insultar a nadie, ni a un compañero de equipo ni a un rival en pista”.
“Al mismo tiempo, hay una distinción crucial en cómo se utilizan ciertas palabras. Si la palabra con F [con J en español] se dice por frustración sobre el propio rendimiento o como reacción emocional espontánea, eso es una cosa, pero si se dirige a otro piloto, a un comisario o al propio equipo, entonces es inaceptable y debe prohibirse”, defendió. “No queremos reprimir las emociones de los pilotos. En una rueda de prensa o una entrevista se aplican normas diferentes, pero en el cockpit, mientras no sea un insulto directo o una falta de respeto hacia otra persona, yo lo dejaría pasar, esa es solo mi opinión personal”.
Una opinión que, en el caso de Max Verstappen, parece alinearse con la de la FIA.





En este artículo
Christian Nimmervoll
Fórmula 1
Max Verstappen
Luke Browning
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