Título: #Deportes: las reveladoras radios del sufrimiento de Alonso en Yeda #F1
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Durante el Gran Premio de Arabia Saudí, celebrado en Yeda, el piloto español Fernando Alonso no logró sumar puntos, a pesar de haber demostrado una notable destreza y una intensa lucha por la supervivencia en la pista. El asturiano tuvo que afrontar las limitaciones de su monoplaza, el AMR25, en un circuito que exigía un rendimiento excepcional. Las comunicaciones por radio entre Alonso y su ingeniero ponen de manifiesto la complicada situación que enfrentó el bicampeón del mundo, quien se vio inmerso en una batalla solitaria y desesperada.
Desde la cuarta vuelta de la carrera, Alonso alertó a su equipo: “Tenéis que mirar entre la curva 22 y la 27 qué pasa…”. Algo no estaba funcionando correctamente. Esa sección, una de las más rápidas del calendario, que debería haber sido un punto fuerte para su AMR25, se convirtió en su mayor obstáculo. El vehículo no respondía adecuadamente en las curvas rápidas, lo que le restaba apoyo aerodinámico y dificultaba su posicionamiento para aprovechar el DRS.
En la octava vuelta, su ingeniero sugirió adoptar un enfoque más conservador, levantando el pie antes de las frenadas para mejorar la regeneración de energía. Sin embargo, Fernando respondió con determinación: “No puedo, como pierda el DRS estoy muerto”. En ese instante, el DRS no solo representaba una ventaja táctica, sino que se había convertido en una cuestión de supervivencia, ya que le permitía mantener la delantera frente a Liam Lawson, quien contaba con un RB considerablemente superior al Aston Martin.
La amenaza se materializó tres vueltas más tarde. “No sé cómo he perdido el DRS habiendo tenido DRS en la recta anterior. Ahora estoy muerto”, expresó en la vuelta 11, visiblemente frustrado. Desde ese momento, su situación se tornó aún más complicada.
La vuelta 13 marcó un momento crucial. Desde el muro, intentaron calmarlo, informándole que Lawson, que venía detrás, aún no contaba con DRS. Sin embargo, Alonso era consciente de que no podría mantener ese ritmo por mucho tiempo: “Bueno, pero no puedo mantener este ritmo, es una locura… El nivel de riesgo… es increíble”. Estaba operando al 110% en cada curva, desafiando los límites vuelta tras vuelta solo para seguir en la competencia.
En la vuelta 17, exhausto y sin filtros, lanzó una advertencia: “Compañero, empujar a este nivel no es sostenible…”. No lo decía por dramatizar, sino porque realmente sentía que lo que estaba realizando era extremo. En uno de los circuitos más rápidos y exigentes del mundo, con más de 50 grados dentro del habitáculo, se encontraba solo contra todos, lidiando además con las limitaciones de su propio coche.
Al cruzar la meta en la undécima posición, su ingeniero intentó consolarlo: “11º, pudiste mantener el margen con Lawson, bien hecho”. El neozelandés había recibido una penalización de diez segundos, y Alonso, con su ritmo al límite, logró mantenerse dentro de ese margen hasta el final. “Mucho sufrimiento por un 11º, lo sé…”, admitió el ingeniero.
La contundente respuesta de Alonso, exhausto, fue devastadora: “Necesitamos a 3 o 4 pilotos fuera de la carrera para poder sumar algún punto”. Y añadió algo que resume perfectamente lo vivido: “Jamás haré una carrera como la de hoy. Nunca, ni en 25 años”.
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