El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene su postura de terminar con la era del coche eléctrico. Ante la amenaza china, el republicano ha decidido paralizar las ayudas gubernamentales a la compra de vehículos eléctricos. Las ventas han caído y varias compañías replantean sus estrategias para el próximo año.
Además de Ford, que presentó un plan estratégico, Volkswagen ha tomado decisiones que afectan a su gama en el mercado americano. Los alemanes suspenden, por el momento, la producción de su icónica ID.Buzz para 2026.
El autobús Volkswagen fue en su día un símbolo de viajes asequibles y libertad. Cuando el fabricante alemán anunció el ID. Buzz, los fans esperaban una versión moderna y eléctrica de ese espíritu clásico.
Sin embargo, el camino del nuevo Buzz eléctrico sufrió un obstáculo, ya que Volkswagen confirmó que no fabricará un modelo 2026 del ID. Buzz para Estados Unidos. Varios motivos llevaron a esta decisión.
El problema comenzó cuando algunos concesionarios informaron a clientes que el ID. Buzz se descatalogaría por completo. Según fuentes de clientes americanos, algunos vendedores afirmaron que el inventario actual sería la última oportunidad para adquirir uno. Aunque los vendedores a veces usan estas tácticas para presionar, los rumores obligaron a la compañía a pronunciarse.
Un portavoz explicó que la decisión de no fabricar el modelo 2026 fue estratégica, basada en el mercado actual de vehículos eléctricos.
El precio es una de las razones por las que al ID.Buzz le costó consolidarse. El modelo original fue un icono por su sencillez y bajo coste. La versión moderna y eléctrica tiene poco de sencilla y mucho menos de barata.
En Estados Unidos, el Volkswagen ID.Buzz tiene un precio entre 60.000 y 70.000 dólares. Sorprendentemente, es más barato que en Europa. A pesar de ello, son tarifas altas y difícilmente justificables para una familia. Tampoco ayuda su escasa autonomía real.
La compañía afirma que el ID. Buzz sigue siendo un producto estrella que demuestra el potencial de la marca. En lugar de fabricar nuevos modelos para 2026, Volkswagen quiere que los concesionarios americanos se centren en vender los modelos 2025 que ya tienen en inventario.
Lo denominan un período de «transición». El objetivo es liquidar el stock antiguo antes de, posiblemente, reincorporar la furgoneta para el modelo 2027. La política de la administración Trump de paralizar las ayudas a la compra de coches eléctricos fue la gota que colmó el vaso. Esta decisión ya supuso ajustes para marcas importantes de Estados Unidos y del exterior.
REDACCIÓN FV MEDIOS

