Un vistazo a la alineación de pilotos para 2026 confirma la relevancia de la temporada de debut de Isack Hadjar con Racing Bulls. Junto a Andrea Kimi Antonelli de Mercedes, el francés lideró la promoción de novatos de 2025 al clasificarse consistentemente donde su coche lo permitía —entre el noveno y décimo puesto de media— para después sumar puntos con regularidad.
Sin embargo, su inicio en la Fórmula 1 no fue sencillo. En la vuelta de formación del Gran Premio de Australia, Hadjar perdió el control sobre el asfalto mojado y terminó consolado por Anthony Hamilton. Aunque pudo ser una experiencia traumática, el piloto de 21 años se repuso con rapidez y logró un octavo puesto en su tercera carrera, en Japón. Un aviso de su potencial y, en retrospectiva, una prueba de carácter.
Como otros jóvenes de su generación, Hadjar combina una confianza natural con una intensa autocrítica y una sinceridad refrescante. Cuando Motorsport.com le preguntó en Brasil si se sentía preparado para debutar en la F1, respondió con franqueza: «No». Aseguró que solo lo sabría tras las pruebas de invierno, pero no tardó en responder con contundencia sobre la pista.
Tuvo la ventaja de contar con Liam Lawson como compañero, quien regresó a Racing Bulls tras dos desastrosos fines de semana con Red Bull. Aun después de que el neozelandés se adaptara, Hadjar siguió demostrando ser el más rápido en Faenza: lo superó 21 a 6 en clasificaciones y carreras (incluidas sprints), sin contar los dos problemas mecánicos de Lawson.
Aunque en categorías inferiores se le consideraba algo exaltado, y él mismo admite haber trabajado en gestionar sus emociones —sobre todo alejando el dedo del botón de radio—, ese temperamento aún asomó en ocasiones. No obstante, en conjunto se mostró como un piloto sólido y estable, con una velocidad que justificaba su proyección hacia Red Bull. Su primer podio en Zandvoort terminó de consolidarlo como una de las estrellas emergentes.
Su ascenso se vio acelerado por el estancamiento de Yuki Tsunoda en el equipo principal. Tras un costoso accidente en Imola, el japonés perdió ritmo y quedó sistemáticamente por detrás de las especificaciones que usaba Max Verstappen. Las dificultades de Tsunoda para plasmar su talento en resultados hicieron inevitable el relevo para 2026.
La pregunta ahora es si Hadjar tendrá la fortaleza necesaria para resistir junto a Verstappen y disipar el famoso «síndrome del segundo piloto» de Red Bull. El tiempo lo dirá, pero los cambios reglamentarios de 2026 ofrecerán a la escudería de Milton Keynes una hoja en blanco para construir un coche más manejable para ambos.
«No tengo expectativas, porque todos empezamos de cero», declaró Hadjar. «Siempre he competido en coches distintos, así que me adapto bien. Al ser un reglamento nuevo, el momento es ideal».
**REDACCIÓN FV MEDIOS**
