En los países nórdicos, la electrificación del parque automovilístico ha dejado de ser una transición energética para convertirse en un cambio de vida. En Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca no solo se caracterizan por liderar la adopción del coche eléctrico en Europa, sino también por ser referentes en como este medio de transporte se ha convertido en un nuevo modo energético doméstico.
Esto se consigue gracias a la tecnología bidireccional de los vehículos eléctricos, y con la fotovoltaica como aliada, los coches ya funcionan como generadores solares portátiles, ayudando a reducir el consumo doméstico de la red e impulsando una forma de vida más sostenible y descentralizada.
La carga bidireccional no es nueva, de hecho, fue muy utilizada ante el gran apagón nacional el pasado 28 de abril, pero su aplicación a gran escala sí. Gran parte de los coches eléctricos modernos equipan tecnologías como el V2H (Vehicle-to-Home), que permite suministrar electricidad desde la batería del coche hacia el sistema eléctrico de una vivienda, o el V2G (Vehicle-to-Grid), que no solo alimente una vivienda, sino que inyecte energía a la red eléctrica general.
Después, también está el V2L (Vehicle-to-Load), la forma más simple de carga bidireccional que, en este caso, permite utilizar la batería del coche eléctrico para alimentar dispositivos eléctricos externos, como si fuera un generador portátil.
Y es que, en Noruega o Dinamarca, donde los incentivos fiscales han disparado la penetración de coches eléctricos hasta el 90% de las matriculaciones nuevas, esta tecnología empieza a calar más allá de la teoría. De hecho, expertos aseguran que en estos países europeos el coche eléctrico ha dejado de ser un simple desplazamiento para convertirse en pieza clave de la autonomía energética personal.
El ejemplo más avanzado es el proyecto danés PARK (Plug-in Auto Renewable Kommunity), en el que más de 200 hogares del área metropolitana de Copenhague utilizan vehículos eléctricos dotados de tecnología V2H para cubrir parte de su consumo energético nocturno. Gracias a placas solares instaladas en las viviendas, los propietarios cargan sus coches durante el día y devuelven esa energía por la noche a sus hogares, con una eficiencia de hasta el 85%. “No se trata solo de sostenibilidad, sino de independencia”, explicaba Lene Nørgaard, coordinadora del proyecto, en un informe publicado por el Danish Energy Agency.
A este modelo se suman iniciativas como Smart Solar Charging en Utrecht (Países Bajos) que, si bien no es un país nórdico, sirve como referencia en el uso inteligente del vehículo eléctrico y la energía solar. Aquí, los coches no solo almacenan energía solar para su propio uso, sino que participan en una red inteligente que regula el flujo eléctrico local. Esta combinación de tecnología, energía solar y software de gestión está siendo replicada en ciudades como Göteborg (Suecia) y Espoo (Finlandia), donde la integración del coche eléctrico en el ecosistema doméstico va de la mano con soluciones de autoconsumo y comunidades energéticas.
Otro ejemplo, en este caso con un fabricante de por medio, es el programa piloto de Nissan y la energética E.ON en Suecia, que permite a los usuarios estabilizar la red durante picos de demanda. Según datos de E.ON, una flota de solo 1.000 Nissan Leaf podría reducir la demanda en más de 1 MW en momentos críticos, evitando así el uso de centrales fósiles de respaldo.
No obstante, aún hay retos importantes por resolver. La infraestructura de carga bidireccional es limitada, los estándares tecnológicos como ISO 15118, un estándar internacional de comunicación entre vehículos eléctricos y estaciones de carga, todavía no están completamente implementados en todos los modelos, y las normativas nacionales sobre balance neto y compensación energética varían significativamente.
Además, la durabilidad de las baterías en ciclos de carga y descarga intensivos es un aspecto que requiere seguimiento, aunque estudios recientes de la Universidad de Chalmers (Suecia) apuntan a que el impacto es mucho menor del que se pensaba hace cinco años.
En resumen, la tecnología eléctrica no solo es una nueva herramienta de movilidad, también una nueva forma de entender la energía y el vehículo como herramientas al servicio de la vida cotidiana. Lo que en otros países es todavía una visión de futuro, en los países nórdicos empieza a ser una costumbre.
Temas
El coche como excusa para vivir distinto: así usan los nórdicos el vehículo eléctrico como generador solar doméstico
