La Unión Europea ha fijado 2035 como horizonte para eliminar de facto la venta de vehículos nuevos con motor de combustión. A partir de esa fecha solo se permitirían coches cero emisiones (eléctricos o equivalentes). En este contexto, los motores térmicos ultralimpios se ven como puente tecnológico: permiten recortar emisiones y gasto de combustible antes del apagón térmico.
Achates Power ha creado un motor, OP, que puede funcionar con combustibles renovables e incluso con hidrógeno, manteniendo sus ventajas de eficiencia. Pruebas con diésel sintético R99 (procedente de aceites vegetales) junto con la petrolera Neste han mostrado reducciones adicionales de emisiones del 10% sobre la cifra ya baja de CO2 inherente al combustible renovable.
La gran novedad de Achates Power reside en su configuración de pistones opuestos. Cada cilindro alberga dos pistones que se mueven en sentidos contrarios, eliminando por completo la culata tradicional. En este diseño bicilíndrico, “cada carrera del pistón genera trabajo útil” (mientras uno comprime la mezcla, el otro expulsa los gases), lo que maximiza la transferencia de energía y reduce enormemente las pérdidas térmicas.
Además, al prescindir de culata, árbol de levas y válvulas habituales, se simplifica la construcción y se eliminan numerosas causas de fallos en motores convencionales. Esta arquitectura compacta y de dos cigüeñales permite un bloque ultracompacto, con menos piezas móviles y menores dimensiones que un motor diésel convencional de potencia similar, lo que la hace muy atractiva para aplicaciones militares y logísticas.
Según la empresa, usando biocombustibles o hidrógeno la huella de carbono final del motor sería “equiparable o inferior” a la de un coche eléctrico. Así, Achates propone una tecnología de transición: más limpia que un diésel convencional y con compatibilidad inmediata con la infraestructura de combustibles existentes, mitigando el impacto de la transición antes de 2035.
Los vehículos eléctricos a batería ofrecen rendimientos energéticos muy superiores (más del 85–90% de eficiencia en el motor) y cero emisiones locales de CO₂ y NOx. En cambio, un motor diésel típico convierte menos de la mitad de la energía del combustible en trabajo útil. El Achates OP cierra parte de esa brecha: con casi el 50% de eficiencia térmica supera ampliamente a cualquier diésel estándar.
No obstante, por muy eficiente que sea, sigue quemando combustible fósil –si bien con bajo consumo– y emite CO₂. La ventaja de la alternativa eléctrica es la ausencia total de emisiones al volante, mientras que el diésel ultralimpio de Achates aún requeriría una huella eléctrica marginal (por ejemplo, para producir hidrógeno renovable) o emisiones de manufactura del combustible.
Por otro lado, los eléctricos dependen de las costosas baterías y de una infraestructura de carga en expansión. Achates resalta que, al admitir combustibles sintéticos 100% renovables, el balance de emisiones a lo largo de todo el ciclo de vida podría equipararse al de un vehículo eléctrico. Aunque el coche eléctrico es hoy superior en eficiencia de propulsión y emisiones nulas locales, el motor diésel OP de Achates ofrece un escalón intermedio: un térmico drásticamente más eficiente y limpio que los actuales, capaz de aprovechar biocombustibles o hidrógeno para reducir su CO2, y de funcionar en vehículos pesados donde los eléctricos aún no son prácticos. Así, podría servir de tecnología puente hasta 2035, mejorando la eficiencia energética del parque móvil y facilitando la transición hacia la movilidad eléctrica.
En pruebas reales, este motor ha demostrado cifras de eficiencia inéditas. Achates informa consumos combinados del orden de 6,4 l/100 km con su prototipo de vehículo ligero, un valor muy bajo que en condiciones de banco de pruebas equivale a apenas unos 1,25 l/100 km. Ensayos en carretera con un camión de reparto han mostrado entre un 4% y un 21% menos de consumo que el mejor diésel convencional comparable. De forma agregada, la ventaja media ronda el 10% e incluso en algunos trayectos aislados supera el 22% de ahorro de combustible. Todo ello se traduce en rendimientos térmicos extraordinarios: el motor de 10,6 l de Achates supera el 49% de eficiencia térmica pico (muy por encima de cualquier diésel actual).
Esta alta eficiencia se debe a su baja relación superficie/volumen en la cámara de combustión, que minimiza la disipación de calor, y a la naturaleza de dos tiempos de cada cilindro. Además, se han conseguido cumplir estrictas normativas de emisiones con tratamiento simplificado. Gracias a su diseño único el motor ofrece el consumo más bajo del mundo en su categoría y emisiones ultrareducidas, según los propios ensayos de Achates.
Temas
El motor diésel compacto, que también funciona con hidrógeno y biocombustible y que logra una huella de carbono de 'eléctrico'
