El sector del automóvil en España afronta un punto de inflexión con la puesta en marcha del Plan Auto 2030, una hoja de ruta diseñada para asegurar la competitividad del país en plena transición hacia la movilidad eléctrica. Según estimaciones de Anfac, la patronal de los fabricantes, la industria generará 120.000 millones de euros de valor agregado bruto en 2030, frente a los 85.000 millones actuales, lo que supone un crecimiento superior al 40%.
El presidente de Anfac, Josep María Recasens, destacó durante un encuentro con medios que el plan, elaborado junto al Gobierno, es «crucial para evitar una pérdida estructural de actividad». De no tomar medidas, advirtió, el sector podría reducir su aportación económica hasta los 78.000 millones, un descenso del 10%.
El Plan Auto 2030 prevé la movilización de entre 35.000 y 40.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas entre 2026 y 2030. Su objetivo es proteger la industria productiva, reforzar la cadena de valor y acelerar la electrificación del parque automovilístico español.
Una parte esencial del presupuesto, alrededor del 20%, se destinará al despliegue de infraestructura de recarga, un elemento que Anfac considera indispensable para dinamizar la demanda de vehículos electrificados.
El plan también impulsa la industria de componentes, un eslabón especialmente importante en España, y pretende consolidar la producción nacional en 2,7 millones de vehículos al final de la década, frente a los 2,4 millones actuales. De ellos, el 95% serán electrificados.
Uno de los puntos más destacados expuestos por Recasens es la urgencia de transformar el modelo industrial para alinearse con las exigencias normativas y de mercado. Actualmente, más del 92% del valor agregado del sector (unos 79.000 millones) depende de los vehículos de combustión interna, lo que representa un desafío evidente ante la electrificación acelerada.
«Esto es una señal de alerta. Si el mercado vira al vehículo eléctrico y la industria no acompaña, la cadena de valor puede desaparecer», advirtió.
El desarrollo del plan dependerá también del contexto regulatorio europeo. Anfac sigue pendiente de si la Unión Europea introducirá flexibilizaciones en los objetivos de emisiones o en las restricciones a los motores de combustión de cara a 2035.
Aun así, Recasens señaló que el sector trabaja bajo las premisas del Fit for 55, aunque ajustará su estrategia si Bruselas introduce nuevas variables. Según afirmó, el plan es «dinámico y revisable», pero el rumbo de electrificación es «inequívoco».
En el plano político, Recasens se mostró optimista ante posibles cambios de gobierno, recordando que la transformación del sector es una cuestión «de tecnología, no de ideología». Enfatizó que España tiene una «oportunidad histórica» para atraer inversiones y reforzar su papel como segundo productor europeo de vehículos.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

