En pleno corazón financiero de Madrid, bajo la Torre Caleido, Repsol cuenta con una infraestructura de recarga eléctrica que supone un hito en la movilidad urbana y la ingeniería energética europea. Esta central de carga no es un mero conjunto de enchufes. ya que tiene capacidad para entregar una potencia de 3 megavatios, lo que equivale a la energía necesaria para abastecer cientos de hogares de forma simultánea.
Ubicada en el subsuelo del complejo, la instalación destaca por su complejidad técnica y magnitud. Con más de ocho kilómetros de cableado de alta capacidad distribuidos estratégicamente, esta red subterránea conduce la electricidad hasta un arsenal de 45 puntos de carga. Entre ellos, 10 cargadores ultrarrápidos de 240 kW se posicionan como los protagonistas, capaces de cargar vehículos eléctricos a velocidades sorprendentes, gracias a sistemas avanzados de control, refrigeración y seguridad industrial.
El impacto energético de esta estación es asombroso. Considerando un uso realista de 20 plazas activas operando 24 horas diarias con una potencia media de 60 kW durante la mitad del día, la instalación puede suministrar más de 5,2 gigavatios-hora anuales. Para poner esta cifra en perspectiva, esta cantidad de energía permitiría a una flota de vehículos Tesla, reconocidos por su eficiencia con un consumo aproximado de 16 kWh por cada 100 kilómetros, recorrer cerca de 33 millones de kilómetros.
Esta distancia es equivalente a realizar 42 viajes completos de ida y vuelta entre la Tierra y la Luna, una analogía que pone en evidencia la capacidad colosal de esta infraestructura y la ambición de Repsol en el sector de la movilidad eléctrica.
Más allá de la potencia bruta, la estación incorpora una sofisticada inteligencia operativa. Un equipo humano dedicado las 24 horas gestiona la logística de recarga para la flota de Auro para Uber, garantizando un flujo constante y eficiente: por cada vehículo que se descarga, otro completamente cargado está listo para salir a la carretera. Esta combinación de ingeniería avanzada y gestión humana convierte la instalación en un modelo de eficiencia y servicio.
Repsol también ha manifestado su intención de ampliar esta infraestructura para el uso público. En fases futuras, se abrirán cinco de los puntos de carga ultrarrápida para que cualquier conductor pueda beneficiarse de esta tecnología. Además, se planea añadir otros 10 cargadores más, ampliando la capacidad y contribuyendo a la consolidación de una red de movilidad eléctrica robusta y accesible.
Esta obra representa un punto de inflexión en la evolución de la infraestructura de recarga eléctrica en España y Europa. Más que una estación de carga, es una declaración de intenciones que evidencia cómo la ingeniería y la innovación pueden converger para transformar el transporte urbano y avanzar hacia un futuro más sostenible y eficiente.
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Esta estación de carga de Repsol tiene energía para hacer 42 viajes entre la Tierra y la Luna en un año
