«Descubre la innovadora tecnología de alta competición dentro de los neumáticos de tu vehículo: El secreto detrás de tu conducción diaria»

No nos hemos vuelto locos ni hemos buscado el click fácil con el titular de este artículo. Aunque no lo creas, los neumáticos de tu coche tienen las mismas tecnologías que los neumáticos de competición y te lo vamos a demostrar a continuación. Desde las 24 Horas de Le Mans hasta el Dakar, pasando por MotoGP, todas estas competiciones sirven como laboratorio para desarrollar las tecnologías que luego se aplican en la calle y en multidud de vehículos.
Uno de los lemas de Michelin es «prestaciones diseñadas para durar» y lo cierto es que engloba perfectamente las premisas más importantes tanto en la competición como en los coches de calle. Prestaciones como la frenada, el agarre y el bajo consumo, pero también buena durabilidad. En el caso de los neumáticos de calle, para mantener sus prestaciones hasta el límite de desgaste legal; en los coches de carreras, hasta que dure el stint, dependiendo de cada categoría.
Un caso muy curioso tiene que ver con el uso de materiales. Empecemos hablando del compuesto básico de cualquier neumático: el caucho. En un coche de carreras, el caucho se desarrolla para maximizar el agarre y la durabilidad en condiciones extremas. Una carrera es un curso intensivo para recoger datos y también la prueba más exigente para los neumáticos. Un paso por curva a toda velocidad, alta temperatura, abrasión, límites de consumo establecidos por el reglamento…
El caucho utilizado en los neumáticos de competición se desarrolla para maximizar el agarre y la durabilidad. Las mismas formulaciones se adaptan después a los neumáticos de calle, lo cual sirve para mejorar el agarre en curva, reducir la distancia de frenada o aumentar la vida útil del neumático.
Otro avance que Michelin utilizó primero en la competición y que ahora se aplica en los neumáticos de calle que puedes montar en tu coche es utilizar un alto porcentaje de sílice en la goma de la banda de rodadura, lo que permite ahorrar carburante sin comprometer la durabilidad.
Se habla de sostenibilidad y materiales reciclados, pero quizá hay quien piense: «seguro que los coches o las motos de las carreras utilizan otros materiales». Nada más lejos de la realidad.
Por ejemplo, las Ducati que compiten en Moto E llevan un neumático Michelin hecho con un 53% de materiales de origen renovable y reciclados como envases de yogur, cáscaras de naranja o aceite de girasol reutilizado. En el prototipo de hidrógeno H24, diseñado para las 24 Horas de Le Mans, la proporción de materiales sostenibles de sus neumáticos llega al 71%.
¿Y cómo es posible que coches cada vez más grandes, potentes y pesados tengan mejores adherencias? Las leyes de la Física son inquebrantables, pero los espectaculares LMP1 de Resistencia sirven de laboratorio. Un LMP1 como los que corren las 24 Horas de Le Mans experimenta varias Gs de fuerza en el paso por curva, vuelta tras vuelta, lo cual somete al neumático a muchísimo estrés. Es fundamental tener unas carcasas diseñadas para soportar altas cargas, con una estructura que aumente la estabilidad a alta velocidad.
Aunque un coche eléctrico de calle parezca la antítesis de un hipercoche de carreras, los neumáticos de un eléctrico necesitan soportar más carga y fuerzas laterales debido al mayor peso del vehículo, para lo cual beben de lo aprendido en los bólidos de Fernando Alonso, Miguel Molina o Max Verstappen. Primero se perfecciona en los circuitos del Mundial de Resistencia y luego acaba llegando a la calle.
Si te estás preguntando cuál es la mejor manera de probar la resistencia a los pinchazos, la respuesta es clara: en el raid más duro del mundo, sin duda. Un coche del Rally Dakar tiene que atravesar el desierto a 160 km/h o incluso más, haya las piedras que haya en un terreno todo lo árido y áspero que quiera ser. Es inevitable que acaben pinchando en algún momento de la carrera, pero tienen una resistencia brutal.
La tecnología Regenion, que le valió a dos ingenieros de Michelin el premio al inventor europeo en la categoría industria, consiste en una banda de rodadura autorregenerable, lo cual proporciona agarre durante toda la vida útil de los neumáticos. Esa tecnología se aplica en los neumáticos para el Dakar y en los SUVs y turismos de calle, pero también en camiones, tractores agrícolas y maquinaria pesada. Quién lo diría, ¿verdad?
La transferencia de tecnologías de la competición a la calle llega aplica también en la durabilidad. Por ejemplo, los Michelin que montan los LMP1 en las 24 Horas de Le Mans duran casi el doble de kilómetros que una carrera completa de un Fórmula 1.
Existe una tecnología llamada PowerCoil que consiste en una nueva generación de hilos de acero más resistentes que permiten reducir la sección de los cables para aligerar la carcasa y limitar el calentamiento por flexión, y por lo tanto la resistencia a la rodadura. Una menor resistencia a la rodadura permite ahorrar combustible (electricidad en caso de los vehículos eléctricos) y aumentar la vida útil del neumático. Aplicado en un coche de calle, una mayor vida útil se traduce en mayor ahorro para el cliente y un menor uso de recursos para el fabricante, contribuyendo a ser más sostenibles.

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