Europa ha ido de lista, pero lo cierto es que no puede dejar de depender de las baterías chinas

Europa ha ido de lista, pero lo cierto es que no puede dejar de depender de las baterías chinas

La ambición de Europa de construir una cadena de suministro de baterías para coches eléctricos que sea competitiva con la de China sigue siendo, de momento, más un deseo que una realidad. Aunque en teoría la solución es sencilla, conseguir una producción propia, en la práctica, los retos técnicos, económicos y logísticos están demostrando ser muy altos.
Mientras tanto, China continúa liderando el mercado con ventaja. Fabricantes como CATL y BYD no sólo controlan gran parte de la producción mundial, sino que también se están expandiendo agresivamente fuera de sus fronteras. En 2021, las compañías chinas acaparaban cerca del 79% del mercado global de baterías, y se estima que en 2025 seguirán dominando con entre un 65 y un 70% del total.
Los planes de la Unión Europea para reducir esta dependencia están siendo frenados por una serie de obstáculos. Muchas de las 16 fábricas proyectadas en suelo europeo han quedado en suspenso o canceladas, principalmente por falta de financiación y por el elevado coste de entrada al mercado. Empresas como Mercedes-Benz y Stellantis, que lideraban algunos de estos proyectos, han tenido que reevaluar sus estrategias. Stellantis, por ejemplo, se ha aliado con CATL para levantar una fábrica de baterías en España.
Uno de los casos más simbólicos es el de Northvolt, la start-up sueca considerada la gran esperanza europea en esta carrera. A pesar de haber recibido apoyo financiero sin precedentes, incluyendo inversiones de gigantes como BMW o el Grupo Volkswagen, la compañía no ha logrado mantener su viabilidad y ha tenido que declararse en quiebra. Ahora pende de un hilo su continuidad, aunque hay algunos interesados en sacar a Northvolt del barro.
Paradójicamente, mientras los fabricantes europeos luchan por consolidar su posición, China está avanzando con éxito en el propio territorio europeo. De 13 proyectos iniciados por empresas chinas en suelo europeo, 10 siguen activos, incluyendo plantas impulsadas por empresas como Samsung SDI. Así, China no sólo mantiene su liderazgo global, sino que también capitaliza el retroceso de los competidores europeos.
Hace unos meses, muchos expertos europeos veían en las baterías de estado sólido una oportunidad para nivelar el terreno de juego. Esta tecnología, aún en desarrollo, promete mayor densidad energética, menor peso y mejores tiempos de carga. Sin embargo, China también ha redoblado esfuerzos en esta línea, y si mantiene su ritmo actual, podría consolidar un nuevo dominio en este campo emergente.
La lucha por la soberanía energética y tecnológica de Europa en el sector de la movilidad eléctrica no está perdida, pero el panorama actual es poco alentador. A pesar de los esfuerzos legislativos y financieros de la Unión Europea, el liderazgo chino sigue siendo abrumador, y la ventana de oportunidad para los fabricantes europeos se estrecha rápidamente.
Temas

source