Europa busca establecer pruebas de emisiones más equitativas para vehículos híbridos, potencialmente transformando el mercado automotriz.

La Unión Europea avanza hacia la descarbonización de la industria automotriz, con cambios significativos que entrarán en vigor a partir del año 2025. Se están implementando mejoras intermedias en las normativas de emisiones, como el Euro 6e-bis, que exige a los nuevos vehículos reducir un 15% las emisiones, no superando los 93,6 gramos de CO2 por kilómetro. Los fabricantes enfrentarán multas de 95 euros por gramo excedido, lo que podría resultar en sanciones millonarias.

Próximamente, la Unión Europea planea ampliar las pruebas de emisiones para que reflejen condiciones de conducción más realistas, aumentando la distancia de 800 a 2.200 kilómetros. Esto afectaría especialmente a los vehículos híbridos enchufables, que podrían registrar consumos de gasolina y emisiones de CO2 más altos de lo homologado, perdiendo beneficios fiscales.

A partir de 2026, estas nuevas pruebas se aplicarán a todos los vehículos en venta, lo que podría impactar la continuidad de la tecnología PHEV, especialmente con la finalización del Plan Moves III de ayudas a la compra de vehículos eléctricos prevista para finales de junio de 2025. La industria automotriz enfrenta desafíos significativos para adaptarse a las normativas más estrictas y realistas de la Unión Europea.