Fernando Alonso, el icono con la búsqueda incesante del respeto #F1 #FVDigital

Fernando Alonso, el icono con la búsqueda incesante del respeto #F1 #FVDigital

Tuvo que pasar por el Mundial de Resistencia -donde ganó el campeonato y dos veces las 24 Horas de Le Mans-, la IndyCar y el Dakar para, a sus ahora 44 años, seguir disfrutando como nunca de la Fórmula 1, con la que se implica sin descanso. Fernando Alonso sigue ahí, comprometido y exigiendo lo mejor a la gente con la que trabaja como si de ello dependiera el resto de su carrera. Siempre hambriento, el piloto español es consciente del catalizador que puede ser y del impacto de sus palabras cuando habla con la prensa o directamente con sus contactos en el paddock o su equipo.
Después de todo este tiempo al más alto nivel, Alonso no tiene el palmarés de otros pilotos que llegaron después que él, como Lewis Hamilton, Max Verstappen o Sebastian Vettel, y algunos de los ‘subcampeones’ han forjado, durante los que podrían haber sido sus propios años de máximo esplendor deportivo, interesantes registros estadísticos pilotando con los equipos dominantes y arrolladores que han sido Red Bull y Mercedes. No necesariamente en número de victorias, sino en número de triunfos y podios por gran premio disputado.
Con el paso del tiempo, Alonso se mantiene como el séptimo piloto más laureado de la historia de la F1, con 32 victorias, una cuenta que lleva estancada desde el GP de España de 2013, hace más de diez años. Aunque el en 2023 retomó los podios con Aston Martin, el escalón más alto del podio le sigue siendo esquivo. Mientras Lewis Hamilton y Max Verstappen han ganado una media de casi una de cada tres carreras en las que han participado, la estadística de Alonso se sitúa en el 8%, más cerca de la de otro icono longevo de este deporte, Kimi Räikkönen.
Estrictamente hablando, a Fernando Alonso, con sus dos mundiales, sin duda está en esa categoría de los diez más grandes, en la que habitualmente se sitúan a nombres como Lewis Hamilton, Michael Schumacher, Max Verstappen, Alain Prost, Ayrton Senna, Jackie Stewart, Jim Clark, Stirling Moss, Alberto Ascari o, por supuesto, Juan Manuel Fangio.
Foto de grupo de los novatos de la temporada 2001: Kimi Räikkönen, Juan Pablo Montoya, Fernando Alonso y Enrique Bernoldi
Se quedó a un paso de poder contar con cinco títulos de pilotos en sus vitrinas (en 2007, 2010 y 2012). Pero sin duda la leyenda del español descansa cada vez más en su estatus histórico en la F1 contemporánea, así como en su carácter, su visión y esa determinación inquebrantable, mostrada en cada momento de su carrera, para bien o para mal. Una forma de corredor puro, que vive su pasión y se diferencia de una generación más joven y formateada.
“En 2018, cuando paré, sentí que todo era demasiado predecible, el dominio de Mercedes era demasiado como para disfrutar realmente formando parte de la parrilla. No éramos más que actores en la película de Mercedes, incapaces de luchar en ningún momento”, explicó en una entrevista al Financial Times.
“Creo que, 20 años después, algunos de mis objetivos se han logrado con los campeonatos. Todavía puedo conseguir cosas buenas cuando tengo el equipo adecuado. Incluso cuando el coche no está al 100%, tienen que seguir vigilándome. Siempre seré un luchador. No he cambiado mi enfoque”, dice Alonso.
“Sigo sintiendo lo mismo”, continúa, cuando se le pregunta si siente lo mismo que a los 20 años, cuando dijo que quería dejar huella en este deporte. “Hoy, espero que los pilotos me tengan ese respeto, sabiendo que fui un gran competidor y alguien que no se rinde”.
Fernando Alonso es sin duda un icono. Ha experimentado varios tipos de motores en la F1, muchos formatos de clasificación y muchos sistemas de puntos; es uno de esos pilotos que ha podido apreciar la F1 con sus diferentes proveedores de neumáticos, paradas para repostar y marcas de cigarrillos en los pontones, y gobernada por el antiguo mandamás del deporte, Bernie Ecclestone, y el poderoso ‘Club Piraña’, esos emblemáticos directores de equipo de los que sólo quedan unas pocas eminencias en el paddock. Esta temporada disputará su gran premio número 400, y sigue sintiéndose igual de a gusto en el asiento del piloto.
“El interior del coche no ha cambiado mucho; cuando cierro la visera, es exactamente igual que hace 20 años”, describe. “Disfruto un poco más de todo lo que ocurre fuera del coche, del contacto con los aficionados. Incluso los eventos organizados por los patrocinadores, que antes no me gustaban, me distraían. Ahora los disfruto un poco más. Siento que todo forma parte del trabajo”.
Fernando Alonso ha añadido las 24 Horas de Le Mans a su palmarés.
En cuanto al hecho de no pilotar siempre en el coche que le permita ganar, algo que ha sido más bien la realidad de su carrera en la F1, en cierto modo se equilibra por el hecho de que su condición de icono le permitió obtener inmediatamente las mejores condiciones para ganar dos veces las 24 Horas de Le Mans y el Mundial de Resistencia con Toyota.
“Forma parte del deporte. Lo he aprendido a lo largo de mi carrera. Al principio, era difícil sobrellevarlo, sentirse motivado después de algo que te ocurría, o de un fracaso. Tenías la impresión de que no era justo, de que no era equitativo.  Pero al final, comprendes que forma parte del juego, del deporte; en la NBA, el fútbol, es lo mismo. Lo aprendí con el tiempo”.
“Tenía otros retos en mente con Le Mans y cosas más atractivas. Así que lo dejé.  Pero en 2021, después de ganar el Mundial de Resistencia y Le Mans, sentí que había un reto mayor: intentar volver a la F1 y triunfar de nuevo”.
Es un reto que Alonso está asumiendo, y también le toca ser mentor del protegido de Aston Martin, Lance Stroll. El sueño del propietario del equipo, Lawrence Stroll, sería ayudar a ganar a su hijo, cuyo entusiasmo no se caracteriza por ser tan comunicativo.
“Sin duda hay diferencias. Creo que la generación anterior era un poco más auténtica”, dice Alonso. “Eran diferentes en su carácter, en su forma de enfocar las carreras y la vida. Eran competidores muy duros. Hoy diría que tienen mucho talento, quizá más que antes gracias a toda la preparación, las academias, el trabajo en simulador, la tecnología y los datos que tienen para mejorar y aprender rápido. Llegan a la F1 mejor preparados”.
“Pero fuera de la pista o sin el casco, son quizá un poco iguales y más tímidos en la forma de enfocar las cosas. Tienen gente que habla por ellos, por la dirección, por los medios, por la preparación física. Están bien preparados, pero quizás han perdido un poco de personalidad”.
Ahora, este 29 de julio Alonso llega a los 44 años, en medio de una 22ª temporada donde ve de lejos el podio y cualquier meta mayor, pero tiene al menos otro año más de contrato, con un nuevo reglamento y una generación de coches diferentes, los de 2026. 
Felicidades.



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