Cara y seca de Mercedes en Spa-Francorchamps. Lewis Hamilton se coronó vencedor en el icónico circuito belga a costa de la descalificación de George Russell que ganó la prueba con una arriesgada estrategia de un solo pit stop. Sin embargo, cuando el W15 número 63 fue llevado a revisión técnica, el pesaje arrojó que se encontraba 1,5 kg por debajo del peso mínimo.
Un segundo pesaje de los técnicos de FIA ratificó la primera inspección. El final era uno solo e inevitable. Después de una reunión entre los representantes del equipo de Brackley y los comisarios, se informó la descalificación de Russell y la victoria de su compañero que arribó en segunda posición.
El Gran Premio de Bélgica fue el cierre de la primera parte de una temporada atípica como no se vivía hace mucho tiempo en la Fórmula Uno. Pero antes de llegar a la cereza del postre hubo 44 vueltas en uno de los circuitos más amados por los pilotos y aficionados.
Con el poleman Max Verstappen (Red Bull) partiendo desde la onceava posición, penalizado con diez puestos por cambiar la cámara de combustión, la atención estaba en el accionar de la primera línea conformada por Charles Leclerc (Ferrari) y Sergio Pérez (Red Bull).
Ambos eran conscientes que ocupaban posiciones virtuales, y que en carrera serían presa fácil para los McLaren y los ascendentes Mercedes. La discusión en las gradas era cuanto tiempo resistirían como P1 y P2. El mexicano era el más comprometido. Su delicada situación dentro de Milton Keynes lo obligaba a una carrera sin errores y de auxilio a Verstappen para contener a Lando Norris (largó cuarto).
En la salida, Checo fue por Leclerc. Pero el monegasco ganó la partida y el Red Bull se encaminó a cerrar el interno para asegurar la posición. Hamilton, desde el tercer lugar y con pista limpia, logró esquivar el cierre. Empardó la línea del mexicano y le arrebató la P2.
Los esfuerzos de Leclerc por escapar eran inútiles. El Mercedes del siete veces campeón era superior a la Ferrari y solo cuestión de tiempo para que lanzara el ataque. En la vuelta dos, el británico rebasó en Kemmel Straight a un Leclerc que no opuso resistencia.
Por su parte, Pérez se mantuvo como tercero hasta que el australiano Oscar Piastri (McLaren), que superó a su compañero y a Russell en los primeros metros, lo pasó en el cuarto giro.
Con un Mercedes al frente (Hamilton), un McLaren en el Top Tres (Piastri) y un Red Bull en remontada (Verstappen ya se encontraba en P8), la carrera se encaminaba al juego de estrategias.
Russell y Verstappen fueron los primeros del grupo de punta que cambiaron por neumáticos duros. En la vuelta 10, ambos lanzaron un undercut a su adversario en común: Norris. El objetivo era dejar atrás al papaya, y tuvieron éxito porque McLaren volvió a retrasar el ingreso del británico.
La escudería de Woking se equivocó de nuevo con Norris. El error lo dejó el resto de la carrera detrás de sus rivales (teniendo en sus manos un monoplaza más rápido que el Mercedes y el Red Bull).
Con su principal oponente en el campeonato neutralizado por su propio equipo, Verstappen pidió al box que le permitieran atacar a Russell. Giampiero Lambiase dio luz verde para la cacería.
A lo largo de la carrera, según los team radio que puso al aire la transmisión oficial, se advirtió a un holandés más disciplinado con el equipo; una imagen diferente al iracundo Max que se observó hace siete día en el Hungaroring. Pese a la libertad que tenía, el RB20 no podía alcanzar al W15. Toda una señal que los de Brackley tenían mejor resto.
Pero no sería Hamilton el que mostraría el potencial del Mercedes; sería Russell. Luego que el pelotón de punta (Leclerc, Sainz, Verstappen, Pérez, Piastri, Norris y el mismo Hamilton) realizaran su segunda detención, Russell propuso a su ingeniero no detenerse. El box, sin dudarlo, aceptó la propuesta del piloto. Los neumáticos duros no se degradaban mucho y el británico se sentía seguro que podía terminar con una sola parada.
Era una jugada arriesgada. Serían 34 vueltas con un compuesto que Pirelli estimaba una vida útil de 15 giros. Una vez en la punta, a partir de la 30, gestionó y se aprestaba para una defensa en el tramo final de carrera. Se mentalizó que los últimos kilómetros serían de resistencia. Hamilton, en la segunda posición, une vez enterado del plan de su compñaero, fue por él.
Las vueltas finales fue una persecusión entre los Mercedes. Con gesto serio e incómodo por la situación, Toto Wolff seguía atentamente el desenlace. En la previa deslizó que se iría de Spa con un 1-2, y la pelea entre sus pilotos podría dar al suelo con su anhelo. Lo más llamativo es que el team manager nunca dio la orden de mantener posiciones.
Hamilton tuvo la victoria en el penúltimo giro. Con DRS a su favor buscó el interno en Les Combes. Pero no fue agresivo y abortó la maniobra. Posiblemente, el hecho que se tratara de su compañero, lo hiciera desistir de un rebase muy ajustado.
George Russell cruzó la meta alcanzando la segunda victoria del año. Asombró a todos con una jugada audaz que fue decisión propia y con el respaldo de sus ingenieros. Detrás de él arribó un Lewis Hamilton que se bajó del coche abatido y sin ganas de celebrar. Mientras que Oscar Piastri terminó tercero, sumando un podio más para que McLaren dude si a Norris deben investirlo como líder del equipo.
Una hora después vendría el terremoto. Jo Bauer, delegado técnico de FIA, notificó que el Mercedes de Russell estaba por debajo del peso mínimo. El final era predecible: descalificación y victoria de Hamilton. Piastri subía al segundo lugar y Leclerc tercero.
Así terminó la Fórmula Uno su primera parte del campeonato. La actividad se paralizará durante un mes por las vacaciones de verano en Europa, aunque solamente en las fábricas y la pista. Las oficinas tendrán un movimiento poco habitual en agosto.
Este lunes habrá una reunión en Red Bull para definir el futuro de Pérez (terminó P7). McLaren discutirá en los próximos días si apuntan al campeonato de pilotos con Norris (opción que perdió terreno con el crecimiento de Piastri). Adrian Newey podría definir que hará de su vida. Y la más esperada: finaliza el plazo que se autoimpuso Carlos Sainz y sabremos donde correrá el próximo año. La decisión del español destrabaría el mercado de pilotos, permitiendo que Alpine, Audi y Williams cierren sus formaciones para 2025.
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