La aerotermia es una tecnología que aprovecha la energía contenida en el aire exterior para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) en edificios y viviendas. Este sistema se basa en el uso de bombas de calor aerotérmicas que extraen la energía térmica del aire, incluso cuando las temperaturas exteriores son bajas, y la transfieren al interior del edificio para su utilización.
Según las conclusiones del ‘InformeSolar. Radiografía del Autoconsumo en España 2024’ la instalación de sistemas de aerotermia en el hogar resulta atractiva para los propietarios de vivienda en España. En concreto, un 24% optaría por un sistema parcial para calefacción y refrigeración y un 30% elegiría una instalación total, que incluye agua caliente sanitaria, calefacción y refrigeración. Sin embargo, su penetración sigue siendo baja. El principal obstáculo mencionado es la inversión inicial requerida: el 50% de los propietarios considera que el precio es demasiado alto.
Una bomba de calor aerotérmica extrae la energía del aire exterior mediante un evaporador que contiene un refrigerante. Este refrigerante se evapora a bajas temperaturas al absorber el calor del aire exterior. El refrigerante evaporado es comprimido aumentando su temperatura y presión. El refrigerante caliente pasa por un condensador donde cede su calor al sistema de calefacción o al agua sanitaria, enfriándose y volviendo a su estado líquido. El refrigerante, ahora enfriado y en estado líquido, vuelve al evaporador para repetir el ciclo.
La aerotermia resulta un proceso que ofrece varias ventajas. Es eficiente energéticamente porque las bombas de calor aerotérmicas pueden producir más energía de la que consumen, con coeficientes de rendimiento (COP) que suelen estar entre 3 y 4, es decir, por cada unidad de electricidad consumida, pueden generar de 3 a 4 unidades de energía térmica.
Es un proceso sostenible ya que utilizar la energía del aire, que es una fuente renovable, reduce la dependencia de combustibles fósiles y disminuye las emisiones de CO2. También es muy versátil porque pueden proporcionar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente durante todo el año.
Permite reducir los costes energéticos a largo plazo. Aunque la instalación inicial puede ser bastante costosa, los ahorros en energía a lo largo del tiempo pueden compensar esta inversión inicial.
Por otro lado, es un proceso que depende de la temperatura exterior puesto que, aunque las bombas de calor están diseñadas para funcionar eficientemente incluso a bajas temperaturas, su eficiencia del puede disminuir en climas muy fríos. Por otro lado, además del mayor coste inicial de instalación respecto a otros sistemas de calefacción tradicionales también requiere espacio exterior puesto que para instalar la unidad que extrae el calor del aire se necesita un espacio adecuado fuera de la vivienda.
El estudio elaborado por The Cocktail Analysis para SotySolar, con el apoyo de la asociación Unión Española Fotovoltaica (UNEF) y Aiko Energy, el más más completo y actualizado del mercado español, nos da un orden de magnitud del coste de instalación y amortización de un sistema basado en aerotermia.
El coste mínimo para instalar un sistema de aerotermia es de 10.000 €, aunque el promedio ronda los 12.000 €, dependiendo del tamaño de la vivienda. Si además se desea instalar placas solares, habría que agregar otros 4.500 € para la instalación fotovoltaica. «Para enfrentar estos costes, hoy en día existen ayudas públicas y nosotros ayudamos a los consumidores con financiación flexible para facilitarles el acceso al autoconsumo y a la aerotermia», destaca Daniel Fernández, coCEO y cofundador de SotySolar.
Para estimar el ahorro anual que supone reemplazar las tecnologías de calefacción tradicionales por un sistema de aerotermia, SotySolar realizó un análisis comparativo para una vivienda unifamiliar, considerando también el impacto adicional de integrar paneles fotovoltaicos. Los ahorros dependen del tipo de caldera sustituida:
Además de reducir el recibo de la luz, la aerotermia es una solución energética sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Estos proyectos son un 75% de energía limpia y, si se combinan con paneles solares, se alcanza el 100%, lo que se traduce en “mayor independencia energética de la red eléctrica y de los combustibles fósiles», explica Fernández.
Redactor y probador especializado en vehículos eléctricos y movilidad sostenible. Escribe en Híbridos y Eléctricos desde 2017. Es ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Madrid y Técnico especialista en vehículos híbridos y eléctricos por la SEAS. Ha trabajado en medios como Movilidad Eléctrica y Km77.