Tras la amargura del fin de semana de Spa, era importante para Andrea Kimi Antonelli reiniciar la mente y encontrar algunas respuestas, no sólo para ayudar al equipo a recuperarse después de un complejo periodo de insatisfacciones, sino sobre todo para sí mismo.
Budapest era la oportunidad para recuperar el impulso y hacer las paces con esas dudas que, con la transparencia que le distingue, admitió haber sentido aflorar en los últimos grandes premios.
Dudas que han surgido de la mano de las decepcionantes actuaciones que ha tenido últimamente, pero que también van de la mano con las actualizaciones introducidas por Mercedes que, en lugar de hacer que el W16 diera un paso adelante, parecían haberlo hecho dar un paso atrás. Tras la cita de Spa, de hecho, incluso las palabras de George Russell apuntaban claramente en esa dirección.
No hace falta ocultar que, entre las innovaciones introducidas y los cambios de puesta a punto experimentados en los últimos meses, algo no funcionó. Fueron principalmente los pilotos los que pagaron el precio, en particular Antonelli, que no pudo contar con la experiencia que sí tiene su actual compañero para encontrar el límite y gestionar una inestabilidad que no encajaba bien con su estilo de conducción, especialmente al entrar en curvas de media y alta velocidad.
Por eso Mercedes ha decidido dar un paso atrás, volviendo sobre sus pasos y dando carpetazo a las soluciones técnicas introducidas en los últimos meses. En primer lugar, la nueva suspensión trasera vista por primera vez en Imola y que regresó en Canadá se eliminó de los monoplazas. Algo que ambos pilotos agradecieron, subrayando que habían redescubierto las sensaciones con el W16.
La suspensión suponía algunas ventajas en frenada, sobre todo en las fases de deceleración, y de hecho fue eficaz en una pista como Montreal. Sin embargo, en las últimas carreras, se hizo muy evidente la inestabilidad en la entrada en curva en las secciones más rápidas, que los ingenieros también atribuyeron a ese componente. De ahí la decisión de eliminarlo.
Por supuesto, esto no significa que se hayan resuelto todos los problemas. Incluso con la antigua suspensión, el coche había mostrado debilidades en algunas citas posteriores a Imola. Además, la pista de Hungaroring, compuesta principalmente por curvas de velocidad media y baja, puede haber enmascarado algunas de las debilidades que han surgido en otros circuitos.
Andrea Kimi Antonelli, Mercedes
Foto de: Sam Bloxham / LAT Images vía Getty Images
Pero para el equipo alemán, esto pretende ser un punto de partida, al igual que para Antonelli, que hizo un primer balance a mitad de temporada: “Ha sido una primera parte muy intensa, en la que en algunos momentos me ha costado incluso gestionar mi energía”, dijo a Sky tras la carrera.
“Con la nueva suspensión he sufrido mucho, en cuanto a sensaciones y mentalmente. También empecé a dudar de mí mismo. Pero estoy muy contento de haber recuperado las sensaciones con la antigua suspensión. Lo veo como un nuevo comienzo de cara a la segunda parte de la temporada”, añadió.
Kimi hizo hincapié en dos temas: el técnico y el mental. Temas inevitablemente interconectados en un momento difícil, donde uno acabó alimentando al otro. Kimi nunca ha ocultado hasta qué punto este periodo ha minado su confianza, no sólo en el coche, sino también en sus propias capacidades.
Por eso, aunque al final sólo pudo ser décimo, condicionado por quedarse atrapado en el tráfico en mitad del pelotón tras ser eliminado en la Q2, Antonelli sigue queriendo ver el vaso medio lleno, dado que el fin de semana sirvió para disipar cierta incertidumbre antes del parón, útil para recargar las pilas.
Sin embargo, hay otro aspecto en el que el piloto italiano ha querido detenerse: la gestión de los neumáticos. En esta primera parte de la campaña, las mayores dificultades se han manifestado sobre todo en la vuelta en seco, mientras que el ritmo de carrera se mostraba a menudo más competitivo. Pero está claro que incluso en la distancia todavía hay margen de crecimiento, donde la experiencia adquirida puede desempeñar un papel clave.
“Ha sido un stint muy largo. No estaba en el plan hacer tantas vueltas con esos neumáticos, pero era muy difícil salir de esa situación al estar atrapado en un tren de DRS”, explicó Antonelli, que completó más de cuarenta vueltas con neumáticos duros. Sin duda, el ritmo más lento impuesto por Alonso para defender el quinto puesto ayudó, pero para el joven piloto, cada kilómetro en este tipo de carrera tan cambiante entre una y dos paradas representa experiencia ganada.
Andrea Kimi Antonelli, Mercedes
Foto de: Zak Mauger / LAT Images vía Getty Images
“En los libres, el ritmo era bueno. Ahora sólo tenemos que salir más adelante, porque creo que el potencial está ahí. Fue una pena que no pudiéramos demostrar en la clasificación que las sensaciones habían vuelto. Ahora sólo tenemos que averiguar qué ha pasado con los neumáticos y por qué no tenían agarre en la parte trasera”, añadió el joven piloto de Mercedes, señalando uno de los temas clave de esta primera parte del curso: las dificultades de los sábados que le han obligado a remontar en carrera.
“Creo que el ritmo de carrera siempre ha sido bueno, ha sido mi punto fuerte este año. Pero hoy también he aprendido mucho sobre la gestión de los neumáticos, ha sido una lección importante: tenía que mantenerlos con vida, pero al mismo tiempo tenía que mantener un buen ritmo, con Isack Hadjar detrás y luego Lewis Hamilton alcanzándome con neumáticos mucho más nuevos”.
Una carrera no es suficiente para hablar de un punto de inflexión, pero el fin de semana húngaro dejó a Antonelli con sensaciones positivas. Y en un momento así, era lo que realmente necesitaba.
“Creo que las sensaciones han vuelto, y en general el fin de semana ha sido sólido, porque siempre hemos estado ahí delante. El sábado estaba frustrado, porque sentía que podía luchar con los de delante”.
“Ahora me tomaré un descanso, me tomaré un tiempo para reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no. Descansaré, entrenaré y volveré más fuerte. El coche era mucho más competitivo y me dio mucha más confianza, lo que me permitió apretar. Por eso también pude estirar tanto: me sentía bien y podía gestionar mejor. Ahora puedo aprovechar lo que he hecho. Siento que el ritmo está volviendo, al igual que las sensaciones. A partir de aquí sólo puedo seguir mejorando“, concluyó.
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