A veces, las cosas van muy rápido en la Fórmula 1: Sebastian Vettel solo necesitó unos segundos para ganarse su primera sanción en un fin de semana de Gran Premio. Pero hubo muchos otros incidentes extraordinarios, y sanciones igualmente sorprendentes.
En este artículo relatamos situaciones conocidas y menos conocidas de la historia de la Fórmula 1, en las que las sanciones fueron especialmente extremas; en ocasiones, muy costosas.
Un buen ejemplo es el Gran Premio de Austria 2002 en Spielberg: poco antes del final de la carrera, el piloto de Ferrari Rubens Barrichello tuvo que dejar pasar a su compañero Michael Schumacher por órdenes del equipo, regalándole así la victoria.
Schumacher provocó luego un escándalo en el podio al subir a Barrichello con él al escalón más alto: de repente, había dos pilotos en lo más alto… ¡y ninguno en la segunda posición!
La infracción a la ceremonia del podio fue la razón de la elevada multa que se impuso a Ferrari en aquel entonces, no la orden de equipo durante la carrera.
Pero otros equipos destacados también han sido sancionados: McLaren F1, por ejemplo, tuvo que pagar en 2007, en el escándalo del espionaje, una cifra de nueve dígitos… ¡récord!
Curiosa por otros motivos es la historia de Eddie Irvine en la temporada 1994: se vio involucrado en un accidente en el Gran Premio de Brasil y fue señalado como culpable, lo que le valió una suspensión de carrera.
Sin embargo, su equipo Jordan apeló la decisión… y perdió. Por ello, la simple suspensión se convirtió en triple: Irvine tuvo que perderse no una, sino tres Grandes Premios.
Objetivo de algunas bromas fueron en 2015 las sanciones en parrilla que McLaren recibió en el Gran Premio de Bélgica: Fernando Alonso y Jenson Button fueron penalizados con un total de 105 posiciones tras varios cambios de componentes. En broma se decía entonces: “La Fórmula 1 corre en Spa, pero McLaren debe arrancar desde Lieja”.
Tras un grave accidente al inicio del Gran Premio de Monza, los pilotos consideraron erróneamente a Riccardo Patrese como culpable. Como consecuencia, se le prohibió participar en el siguiente Gran Premio en Watkins Glen. La sanción fue aplicada de manera estricta, dejando fuera al piloto italiano del evento siguiente.
El equipo Tyrrell fue sancionado por experimentar con aditivos y depósitos de combustible no permitidos. La infracción llevó a la descalificación del equipo para esa temporada, siendo una de las medidas más severas de la época.
Eddie Irvine se vio involucrado en un accidente durante el Gran Premio de Brasil y fue declarado culpable. Inicialmente, recibió una suspensión de una carrera, pero tras apelar, su equipo Jordan perdió la apelación. La sanción se amplió a tres Grandes Premios consecutivos, obligando a Irvine a observar las carreras desde fuera del cockpit.
En Silverstone, Schumacher ignoró una bandera negra que señalaba su participación en la vuelta de calentamiento. Aunque negoció la situación con la FIA, finalmente se le suspendió temporalmente de la carrera, pero logró mantener sus resultados personales y, al final de la temporada, se coronó campeón tras la polémica colisión con Damon Hill en Adelaida.
Con Jacques Villeneuve como rival por el Campeonato Mundial, Michael Schumacher vio anulados algunos resultados de la temporada de manera retroactiva. No obstante, “Schumi” logró conservar sus estadísticas personales, aunque su actuación oficial se vio afectada en el registro de la FIA.
En el Gran Premio de Austria, Rubens Barrichello tuvo que dejar pasar a su compañero Michael Schumacher por órdenes del equipo, otorgándole la victoria. Schumacher generó un escándalo al subir a Barrichello al escalón más alto del podio, lo que provocó que Ferrari recibiera una multa de un millón de dólares, de los cuales la mitad quedó en suspenso.
Durante la entrega de premios en el Gran Premio de Turquía, un error en la mención del político presente eclipsó la primera victoria de Felipe Massa. La situación se resolvió rápidamente, pero la FIA intervino y se impuso una multa de hasta cinco millones de dólares.
En su primer fin de semana de Gran Premio en Estambul, Sebastian Vettel fue sancionado por exceder el límite de velocidad en los boxes durante los entrenamientos. Recibió una multa de 800 euros, apenas unos segundos después de debutar en la Fórmula 1.
McLaren fue sancionado con una cifra récord de 100 millones de dólares tras descubrirse que habían introducido de manera ilegal material de Ferrari en sus instalaciones. Esta sanción sigue siendo una de las más severas en la historia de la Fórmula 1 por espionaje industrial.
El equipo USF1 no logró participar en la Fórmula 1 a tiempo, pero la FIA exigió igualmente el pago de la inscripción, que ascendía a aproximadamente 300.000 dólares. Una sanción económica que reflejaba la seriedad del registro en el campeonato.
Durante el Gran Premio de Abu Dhabi, Pastor Maldonado acumuló sanciones antes, durante y después de la carrera: por cambios de componentes del motor, ignorar banderas azules y otras infracciones en pista. Finalmente, la suma de penalizaciones lo obligó a completar distancias adicionales de conducción como parte de la sanción.
En el Gran Premio de Bélgica, McLaren recibió una de las sanciones en parrilla más curiosas de la historia: Fernando Alonso y Jenson Button fueron penalizados con un total de 105 posiciones tras múltiples cambios de componentes del sistema de propulsión. La broma en aquel entonces decía: “La F1 corre en Spa, pero McLaren debe arrancar desde Lieja”.
Durante un evento vinculado a las 500 Millas de Indianápolis, Fernando Alonso provocó una sanción en parrilla que afectaba a Jenson Button. Sin embargo, Button no llegó a cumplirla debido a que no participó en otro Gran Premio previo, generando confusión y comentarios entre pilotos y aficionados.
El Racing Point RP20 mostró un gran parecido con el Mercedes campeón del año anterior, lo que resultó en investigaciones que confirmaron copias ilegales. Racing Point fue sancionado con pérdida de puntos en el campeonato y una multa de más de 400.000 dólares.
Red Bull fue sancionado por infringir las normas financieras de la Fórmula 1, incumpliendo los márgenes permitidos. Como consecuencia, el equipo vio reducido su desarrollo y tuvo que pagar varios millones de dólares, afectando su planificación deportiva y económica.
Max Verstappen pronunció una palabrota que empieza con F en inglés en una rueda de prensa oficial de la FIA. La FIA intervino y, como parte de la sanción, se asignó un servicio comunitario en Ruanda, en lo que se describió como una medida ejemplar y educativa a nivel internacional.
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