Mercedes-Benz se compromete a mantener la tradición en un mercado cada vez más dominado por la tecnología eléctrica

Hace apenas unos años, Mercedes-Benz anunció la que sería su hoja de ruta para la ahora presente década. En su trayectoria estaba incrementar el protagonismo de los coches eléctricos. A comienzos de la misma, sustituir los modelos de combustión ‘puros’ por alternativas apoyadas en sistemas eléctricos. Posteriormente, estos serían sustituidos por los definitivos ‘cero emisiones’. Sin embargo, esto no ha salido como ellos esperaban.
Especialmente en los últimos 12 meses se ha dejado ver cómo la electrificación del parque móvil ha sufrido un frenazo. Las ventas de los coches eléctricos se han estancado y el número de matriculaciones no crece al ritmo pronosticado hace sólo un par de años. Tanto es así que importantes compañías europeas han tenido que dar marcha atrás y repensar su estrategia para esta década.
Una de ellas ha sido Mercedes-Benz, la cual esperaba que para el 2025 la cuota de venta de coches eléctricos se situaría en torno al 50%, mientras que para el 2030 sería ya de prácticamente el 100%. Finalmente, los propios números dejan claro que este plan está lejos de ser una realidad y, por ende, la compañía germana ha tenido que plantear importantes cambios.
Tan destacado ha sido el cambio de rumbo en Mercedes, que la marca ha optado por seguir comercializando motores diésel en algunos de sus modelos. La compañía ha tenido un elevado número de ventas con esta alternativa, por ello, desde el medio Autogaleria han confirmado que la firma germana seguirá apostando, en menor medida, con este combustible. No estará tan extendido como hace apenas una década, pero sí se podrá incorporar a modelos concretos y específicos de su gama, especialmente los de mayor tamaño.
La mayoría de coches apostarán por la electrificación, ya sea en forma de tecnología mild-hybrid, híbridos enchufables o 100% eléctricos. Tanto es así que el próximo CLA no se podrá comprar con motor diésel. Será a partir del Clase C donde se dejarán ver alternativas con esta mecánica clásica, la cual irá a parar a coches especialmente ideados para largos viajes, donde su autonomía superará los 1.000 kilómetros sin necesidad de parar a repostar.
Tal es la nueva apuesta de Mercedes-Benz por los coches diésel, que desde la compañía ha aseguran que “la producción de diésel no se detendrá hasta que los reguladores las eliminen de facto”. La marca de la estrella no es la única que apostará por esta alternativa en ciertos modelos. BMW, su rival histórico ejecutará el mismo plan sobre el Serie 5 o el Serie 7, así como en SUV como el X3, X5 o X7.
No obstante, este nuevo planteamiento no quita que todas estas compañías cada vez apuesten más por la electrificación, algo que es un hecho, sino que relegarán estas opciones diésel a vehículos contados y muy concretos. Recordemos que a partir del 2025, la Unión Europea adoptará una legislación para la reducción de emisiones medias, lo que supondrá que las diferentes marcas deberán introducir más electrificación en los diferentes coches.
De hecho, desde Mercedes ofrecen motores diésel junto a soluciones eléctricas, como sus conocidos híbridos enchufables ‘de’. Estos incluyen los bajos consumos de los diésel junto a un sistema eléctrico que proporciona más de 100 km de autonomía ‘cero emisiones’, lo que genera una importante disminución en las emisiones de estos, así como la posibilidad de llegar a un público más extenso.
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