Los aranceles a los coches eléctricos chinos se impusieron de forma provisional a mediados del pasado mes de junio, pues la UE dejó abierta la puerta a posibles negociaciones posteriores. El causante de esta imposición fue la investigación abierta por Europa sobre posible financiación irregular de las marcas por parte del gobierno chino. No obstante, el 20 de agosto rebajaron estos porcentajes y se estableció un marco máximo del 36,3%.
Desde entonces se ha dejado ver la total oposición del Gobierno de China, así como de directivos de grandes marcas europeas o incluso de ciertos mandatarios de países pertenecientes a la Unión Europea. Con todo ello en contra parecía que mediante el uso del diálogo con el ejecutivo oriental, estas tasas adicionales podrían llegar a desaparecer. Finalmente podría ser todo lo contrario.
Ha sido un informe publicado hace escasas horas por Bloomberg, y replicado por Automotive News Europe, donde se ha desatado todo. Concretamente, el artículo de este medio no expone demasiados datos o detalles al respecto. Sin embargo, sí especifica que será el próximo día 25 de septiembre cuando los estados miembros de la Unión Europea votarán con el objetivo de imponer aranceles definitivos a los vehículos eléctricos importados desde China.
Estos aranceles definitivos podrían incrementarse con respecto a los impuestos actualmente llegando incluso a rondar el 45%, según fuentes anónimas cercanas a este plan. Esto llegará a buen puerto siempre y cuando una mayoría cualificada (15 estados miembros que representan el 65% de la población europea) vote a favor de ello. Su entrada en vigor tendría lugar el próximo mes de noviembre de 2024.
Esto es realmente sorprendente, pues las conversaciones con China se han repetido en numerosas ocasiones en los últimos meses, dando así por hecho una posible bajada en los impuestos arancelarios.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, aseguró hace unos días que estos impuestos debían ser reexaminados, después de una visita oficial que realizó al país oriental. Alemania, por su parte, también ha instado a que encuentre unas posibles alternativas a estos aranceles, ya que la industria automotriz del país ha expresado en numerosas ocasiones su preocupación ante esta medida.
Ambos países, Alemania y España, poseen grandes intereses de que se rebajen los aranceles a importación de coches eléctricos chinos, pues los dos tienen importantes incentivos financieros con el país oriental. Concreatamente, las industrias automovilísticas más grandes de Europa (por parte de Alemania) y el sector porcino por parte de España. Este último, a su vez, cuenta con grandes intenciones para que fabricantes chinos produzcan sus vehículos eléctricos aquí, algo que ya hará Omoda y que esperan que otras marcas también hagan lo propio.
Sea como fuere, el próximo día 25 de septiembre podría ser decisivo para las relaciones entre la Unión Europea y China en materia de importación y exportación. Como bien han asegurado algunos mandatarios, estos impuestos vulneran el llamado libre mercado que lleva años asentándose.
Redactor en Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible. Fotógrafo profesional con experiencia en cualquier vertiente de la producción audiovisual. Técnico en Audiovisuales y Máster en Periodismo y Comunicación Digital por la Universidad Autónoma de Barcelona.