Los cinco Grandes Premios de Portugal más icónicos en la historia de la Fórmula 1

Los cinco Grandes Premios de Portugal más icónicos en la historia de la Fórmula 1

Portugal regresará al calendario de la Fórmula 1 en 2027. El Circuito Internacional del Algarve, conocido como Portimão, ha firmado un acuerdo para albergar el Gran Premio en 2027 y 2028, sustituyendo temporalmente a Zandvoort. Dados los ambiciosos planes de expansión de la F1 en nuevos mercados globales —con países como Tailandia, Ruanda y Sudáfrica sonando como posibles sedes—, el regreso de Portugal resulta una grata sorpresa. No obstante, es alentador volver a ver en el calendario un circuito que ganó popularidad durante los años de la pandemia, al acoger carreras en 2020 y 2021. El país ya había albergado Grandes Premios en la década de 1950, en los circuitos urbanos de Boavista y Monsanto, y regresó al calendario en 1984 con el ondulado trazado de Estoril. Este circuito celebró su última carrera en 1996, por lo que el país tuvo que esperar 24 años para volver a organizar un evento. Para celebrar el retorno de Portugal al Gran Circo, repasamos algunos de los Grandes Premios más memorables disputados en suelo luso.

La batalla por el título de McLaren en Estoril 1984 enfrentó a dos pilotos en extremos opuestos de sus carreras: Alain Prost, en sus primeros años, y Niki Lauda, en su tercera temporada con el equipo. Ambos mantuvieron una lucha pareja durante toda la campaña. Lauda llegaba a la carrera con 3,5 puntos de ventaja sobre Prost y necesitaba terminar segundo para asegurarse su tercer título mundial. En la clasificación, el austriaco solo pudo ser undécimo, mientras que Prost se situó en la primera fila, detrás de la pole de Nelson Piquet. Según John Barnard, Estoril fue «la única vez que vi a Niki intentarlo todo e ir a por todas». Lauda avanzó con urgencia hasta colocarse segundo, una posición que le dio la ventaja crucial de medio punto sobre Prost para sellar su tercer campeonato, después de que Nigel Mansell, que iba segundo, sufriera problemas de frenos.

En su segunda edición como sede, Estoril se disputó en abril de 1985. El tiempo primaveral desencadenó una carrera bajo lluvia intensa, que vio nacer a una leyenda de la F1: Ayrton Senna dominó las condiciones para lograr su primera victoria. El brasileño consiguió su primera pole en Estoril, con cuatro décimas de ventaja sobre su futuro rival, Prost. Su reputación de maestro bajo la lluvia ya se había forjado en Mónaco 1984, y Estoril fue una extensión de esa maestría. A medida que las condiciones empeoraban, Senna agitó las manos hacia la cabina de Dirección de Carrera en un intento por detener la prueba. Cuando la carrera continuó, Senna superó a todos excepto a Michele Alboreto, y la prueba se dio por finalizada tras completar 67 de las 70 vueltas programadas. Al ver la bandera a cuadros, Senna apenas pudo contener su júbilo.

La cada vez más tensa batalla por el campeonato en McLaren entre Prost y Senna fue un tema clave en 1989. Aunque el duelo dominó la previa del GP de Portugal, Ferrari se coló en la conversación en Estoril. Senna había logrado la pole, pero fue superado por Gerhard Berger, de Ferrari, en la primera curva. Nigel Mansell, con el otro Ferrari, pronto comenzó a marcar tiempos rápidos para recortar distancias con su compañero. En la vuelta 24, Mansell aprovechó su oportunidad y se colocó segundo. Tras sobrepasar su garaje en la parada en boxes, el inglés puso la marcha atrás para retroceder a su posición, una maniobra ilegal que merecía descalificación. Ignoró la bandera negra en las vueltas siguientes y lanzó un ataque sobre Senna al inicio de la vuelta 49, llegando a haber contacto. Berger se adjudicó la victoria, mientras que la maniobra de Mansell permitió a Prost sumar cuatro puntos clave para su ventaja en la general.

Jacques Villeneuve necesitaba superar a Damon Hill por cuatro puntos en Estoril 1996 para asegurar que la lucha por el título se decidiera en Suzuka, pero las esperanzas del canadiense parecían hundirse tras la primera vuelta. Tras salir junto a Hill, Villeneuve se atascó y fue superado por Jean Alesi y Michael Schumacher. En la vuelta 15, Schumacher se vio entorpecido por el Minardi de Giovanni Lavaggi, cuya conducción pausada llevó al comentarista Jonathan Palmer a exclamar que el italiano era «desesperadamente lento». Lavaggi le robó el rebufo a Schumacher, lo que dio a Villeneuve la oportunidad de atacar y terminar tercero. Tras las paradas en boxes, Villeneuve se colocó segundo. La tercera parada de Hill fue lenta, lo que aseguró que Villeneuve tuviera una oportunidad de liderar si su última parada era rápida. Con ocho segundos de diferencia, los 0,8 segundos resultaron decisivos. Cuando el canadiense salió del pitlane, su morro se asomó por delante del de Hill, una mínima ventaja que logró conservar en la primera curva, asegurando la victoria y que el título se decidiera en la última carrera.

Cuando Michael Schumacher logró su última victoria en la F1, en 2006, cerró su cuenta con 91 triunfos. Lewis Hamilton triunfó en la carrera de Portimão de 2020 para elevar su total a 92 victorias. Hamilton había logrado la pole en la primera carrera de F1 en el circuito del Algarve, añadido al calendario en una temporada afectada por la pandemia. Hamilton y su compañero en Mercedes, Valtteri Bottas, intentaron distanciarse en un inicio de carrera caótico, afectado por lluvias intermitentes. Después de perder brevemente una posición ante Max Verstappen, Bottas logró calentar más sus neumáticos medios y despachó a ambos rivales. Carlos Sainz, con McLaren, que partía con blandos, se coló entre ellos y arrebató brevemente el liderato a Bottas. A medida que los chubascos remitían, Bottas recuperó el primer puesto al inicio de la sexta vuelta. El finlandés aguantó 14 vueltas más, pero no pudo resistir el asalto con DRS de Hamilton en la primera curva de la vuelta 20. Desde ahí, el heptacampeón se marchó en solitario para batir el récord de victorias en la historia de la F1.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**