Se calcula que, en España, circulan en torno a 170.000 coches eléctricos. Y en 2024, según datos de la patronal de la distribución GANVAM, se vendieron 2.169 unidades de estos coches eléctricos de segunda mano, frente a 3.260 híbridos enchufables.
Uno de los principales obstáculos de los coches eléctricos y de los híbridos enchufables en el mercado español es su elevado precio. Pero, adquirir uno de estos vehículos en el mercado de segunda mano puede suponer un ahorro, en función de su antigüedad, de hasta aproximadamente el 60% de su precio original.
Eso sí, a la hora de adquirir estos coches eléctricos o híbridos enchufables debes llevar a cabo, además de una revisión general -como en cualquier coche usado-, otra de determinados puntos clave relacionados con la electrificación de estos vehículos.
Así, la cadena de talleres de mecánica rápida Euromaster recomienda verificar, ya sea por tu cuenta o, en algunos casos, mejor en un taller especializado, hasta cinco componentes clave en estos vehículos con batería, ya sean coches eléctricos o híbridos enchufables.
Aunque en los últimos meses están saliendo a la luz estudios que revelan que las baterías se desgastan y se averían mucho menos de lo que el usuario medio se puede temer, verificar el estado de la batería -el elemento más caro de un coche eléctrico, que puede alcanzar fácilmente entre el 30 y 3l 40% de su precio total- es indispensable.
Por un lado, lo primero que debes realizar es una prueba de autonomía total del vehículo –aquí te contamos cómo llevarla a cabo-. Esto es, comprobar cuantos kilómetros realmente puede realizar esa unidad. Las autonomías homologadas son, normalmente, bastante optimistas y, en uso en condiciones normales o en condiciones de frío o circulando a elevada velocidad por autovía, lo normal es que la autonomía descienda notablemente respecto a la homologada.
Al respecto, webs como EV-database.org proporcionan información sobre la autonomía real en determinadas condiciones de la inmensa mayoría de coches electrificados del mercado, lo cual puede servirte de orientación.
Esa prueba de autonomía real te podrá dar una idea del estado de la batería de ese vehículo. Pero, por otro lado, nos parece indispensable que el servicio oficial del vehículo o un taller especializado verifique el estado de salud de la batería, esto es, su estado y la degradación sufrida por el paso del tiempo o de los kilómetros.
En un concesionario oficial esta prueba suele partir desde los 150 o 170 euros, mientras que en talleres de mecánica rápida -Euromaster tiene un acuerdo con la empresa especializada austríaca Aviloo, que realiza estos diagnósticos por 116 euros- o talleres especializados en reparación de coches eléctricos o híbridos enchufables, dicha revisión parte desde 120 ó150 euros.
Aunque en algunos de estos talleres especializados, como en 80%electrico, situado a las afueras de Madrid, existen revisiones más profundas, “en la que examinamos, durante varios días y al detalle la gráfica de la carga, el estado de las celdas, …”, señala su responsable, Jorge González; y que suponen 300 euros. Talleres con servicios similares en otros puntos de España son, por ejemplo, EVAN Motors, en Mataró, Barcelona; o EV GrupoFR, en Beneixida, Valencia.
Junto a la revisión de la batería, también resulta fundamental constatar el buen estado del cableado de alta tensión –siempre en color naranja- que debe mantenerse adecuadamente aislado y con los cables en perfecto estado, sin desperfectos en su recubrimiento de seguridad.
Para que un coche eléctrico responda adecuadamente, sin excesos de temperaturas en el sistema o en la batería, es crucial que el sistema de ventilación de la misma y del transformador funcionen en condiciones adecuadas y regulen correctamente temperatura. Al respecto de estos sistemas, los fabricantes de coches eléctricos incorporan un sistema de refrigeración, que bien puede funcionar mediante aire o mediante un circuito hidráulico.
En el primer caso, se debe revisar que el filtro de este sistema no esté obstruido, además de cambiarlo en cada revisión de mantenimiento. En el segundo, se debe comprobar que el depósito de este circuito mantenga el nivel óptimo de líquido y que no existan fugas. Asimismo, el líquido refrigerante debe ser sustituido en el plazo que indique el libro de mantenimiento del vehículo.
Los neumáticos específicos de un coche eléctrico difieren de los de un coche con motor térmico en tres aspectos fundamentales.
El primero es que están diseñados para funcionar adecuadamente con el extra de peso que supone un coche eléctrico frente a uno térmico convencional. Por otro lado, también cuentan con una menor resistencia a la rodadura para optimizar la autonomía y, por último, suelen ser más resistentes al desgaste, ocasionado por la inmediata y enérgica entrega de par de un motor eléctrico.
Teniendo en cuenta estos aspectos, el mantenimiento de los neumáticos de un coche eléctrico o de un híbrido enchufable no difiere de aquellos montados en un coche con motor térmico. Así, se deber revisar las presiones habitualmente y, en especial, antes de largos trayectos.
También debe revisarse la profundidad de la banda de rodadura, recordando que aunque el límite legal es de 1,6 mm, muchos fabricantes de neumáticos recomiendan sustituirlos cuando este desciende por debajo de los 3 mm.
En un coche eléctrico o en un híbrido enchufable conviven dos sistemas de frenada. El primero de ellos es la llamada frenada regenerativa que, actúa cuando se levanta el pie del acelerador o se pisa levemente el freno y que transforma la energía cinética del vehículo en marcha en energía eléctrica que se acumula en sus baterías.
Junto a él, también actúa el sistema de frenado convencional, que detiene el coche mediante la actuación de las pastillas y los discos de freno. En los coches eléctricos, el sistema que más se usa es el primero, pero también debe revisarse periódicamente el estado de las citadas pastillas y frenos, sustituyéndolos cuando sea necesario.
El mayor peso de los coches eléctricos, y la mayor cantidad de par motor que entregan sus propulsores, hacen que tanto la dirección como el sistema de suspensiones de los coches eléctricos sufran algo más que los correspondientes a coches térmicos.
Por eso, atento a posibles ruidos y holguras, tanto en la dirección como en las rótulas de la suspensión y revisa su estado “al menos una vez al año” recomiendan desde Euromaster. Desde luego, comprueba estos elementos o que un taller de tu confianza lo haga por ti al revisar un coche eléctrico que pueda interesarte.
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