Aunque Lando Norris consiguió en Abu Dhabi su primer título mundial, existe la sensación de que podría haberlo logrado mucho antes. Sin embargo, los responsables comerciales de la Fórmula 1 no se molestaron por el hecho de que la lucha por el campeonato se extendiera hasta la última cita de 2025.
Algunos factores atenuantes se debieron a errores de McLaren, mientras que otros fueron producto de la mala suerte.
No obstante, es justo reconocer que Norris tampoco fue del todo impecable.
La inestabilidad mostrada al inicio de la temporada, especialmente en las clasificaciones, llevó al piloto británico a realizar una profunda introspección para intentar salvar sus opciones de ser campeón.
Un buen comienzo de año, con victoria en Australia, pronto se vio empañado por una racha de errores y actuaciones dudosas en las primeras pruebas: los fallos en clasificación en China, Bahréin y Arabia Saudí le costaron el liderato del campeonato, que pasó a manos de su compañero de equipo, Oscar Piastri.
El error en Yeda fue el que más perjudicó a Norris: su golpe contra el muro en la Q3 lo relegó a la mitad de la parrilla, precipitando los acontecimientos que situaron al australiano a la cabeza de la batalla por el Mundial.
Además del examen de conciencia de Norris fuera de la pista, en Canadá se introdujo un pequeño cambio en la suspensión, respondiendo a los comentarios de los pilotos sobre un tren delantero «entumecido». Mientras Piastri se mostró reacio a modificar la configuración, Norris experimentó mejores sensaciones con el tren delantero del monoplaza, aunque finalmente dejó puntos sobre la mesa en Montreal tras su choque con su compañero al final de la carrera.
Tras profundizar y ajustar su enfoque los sábados, los resultados comenzaron a llegar para Norris a partir de Austria.
Una racha de buena forma, que incluyó tres victorias en cuatro carreras, contó también con ciertos golpes de suerte y errores de otros pilotos.
Por ejemplo, Piastri perdió sus opciones en Silverstone bajo condiciones de seguridad en pista mojada, mientras que Norris aprovechó una estrategia de una sola parada para adjudicarse la victoria en Hungría.
Esta racha de éxitos se vio interrumpida por una fuga de aceite en Zandvoort y por una oportunidad desaprovechada en Bakú, cuando Piastri tuvo problemas.
Sin embargo, Norris recuperó el liderato del campeonato en México con un fin de semana impecable, mientras Piastri iniciaba su propio periodo de dificultades.
El título habría quedado decidido en Qatar, a pesar de los errores de McLaren en las paradas en boxes, si el equipo no hubiera sido doblemente descalificado en Las Vegas por desgaste excesivo de las planchas del suelo.
Los ocasionales despilfarros de McLaren permitieron a Max Verstappen encadenar una serie de magníficas actuaciones para unirse a la lucha por el título, pero Norris merece un reconocimiento considerable por revertir su suerte y elevar su nivel.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**
