Parece un milagro, pero este coche eléctrico, quemado intencionadamente, les ha dado una sorpresa a los mecánicos de este famoso desguace

Parece un milagro, pero este coche eléctrico, quemado intencionadamente, les ha dado una sorpresa a los mecánicos de este famoso desguace

Un coche eléctrico completamente calcinado, víctima de un presunto acto vandálico, llega al desguace MotoCoche, ubicado en la carretera A-92G, en la provincia de Granada y ofrece una sorpresa inesperada: el coche arranca y se mueve como si no le hubiera pasado nada. El caso pone en evidencia la notable resistencia de las baterías de alto voltaje, incluso bajo condiciones extremas.
Según relatan los operarios del centro, el vehículo afectado es un Kia e-Niro 100 % eléctrico, con apenas 6 000 kilómetros recorridos. La parte trasera estaba prácticamente reducida al chasis, y la zona lateral también mostraba graves daños. No obstante, la parte delantera permanecía casi intacta.
El momento más sorprendente ocurrió durante la inspección técnica: a pesar del fuego que había dañado gravemente el exterior, el e-Niro arrancó y se desplazó con normalidad, como si nada hubiera ocurrido. El culpable de este inesperado comportamiento parece ser la batería de 64,8 kWh, ubicada en el piso del vehículo, que se mantuvo intacta y sin daños aparentes en el circuito de alta tensión.
Este resultado refuerza la percepción de robustez y seguridad de los sistemas de baterías en los vehículos eléctricos, incluso tras sufrir incendios localizados.
MotoCoche no es ajeno a realizar análisis sorprendentes sobre vehículos electrificados siniestrados. En mayo de 2025, por ejemplo, recibió un Tesla Model 3 inundado, que a pesar del agua y el impacto llegó a sus instalaciones, y tras una revisión minuciosa, se comprobó que la batería y el sistema eléctrico estaban en perfecto estado.
Asimismo, también habían evaluado previamente un Toyota RAV4 híbrido tras sufrir una inundación, y observaban que su batería híbrida seguía operativa pese al barro acumulado, lo que subraya la fiabilidad de la marca.
Estos análisis no solo son curiosidades técnicas, sino que abren una ventana al debate sobre la durabilidad, resistencia y comportamiento real de las baterías en situaciones extremas, mucho más allá del día a día del usuario medio.
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Al contrario de lo que parece dictar el temor generalizado, los incendios en coches eléctricos son estadísticamente menos frecuentes que en coches de combustión, aunque son más difíciles de extinguir. Es aquí, cuando este se da, por las circunstancias que sean, cuando el Kia Niro quemado de este vídeo echa por tierra algunos de los mitos que acechan a los coches eléctricos.
Por ejemplo, la resistencia local de la batería. A diferencia del daño superficial visible en el coche (fuego en la parte trasera y lateral), la batería, situada en el piso, parece estar resguardada por la estructura del chasis y la distribución del vehículo.
Los sistemas de protección integrados en las baterías de alto voltaje, con dispositivos de seguridad que las aíslan ante temperaturas extremas o impactos que alcanzan zonas externas, son fiables y útiles.
Además, muchos vehículos eléctricos siniestrados siguen funcionando y conservan partes útiles. Esto modifica el enfoque tradicional en centros CATV (Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos), donde ya no basta con dar por perdido un coche tras un incendio o inundación.
Este caso refuerza el debate sobre la fiabilidad, seguridad y mantenimiento de los eléctricos. Para quienes valoran la durabilidad tecnológica como argumento de compra, el episodio del e-Niro calcinado aporta un testimonio fuerte y tangible. Además, resalta que muchas piezas siguen siendo reutilizables, incluso tras siniestros graves, lo cual puede influir en decisiones de compra, políticas de seguro, legislación de tratamiento de vehículos y prácticas de reciclaje.
Este episodio sirve como un argumento práctico que desmonta prejuicios, alienta la adopción con base en datos reales y llama a actualizar protocolos técnicos y normativos. Para profesionales del sector, propietarios y curiosos, es una invitación a revisar la percepción sobre los eléctricos: resistentes, reparables y, sobre todo, con futuro incluso después del fuego.
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