Primero lo critica duramente, y ahora Europa acepta negociar con Donald Trump los aranceles en Norteamérica

De la mejor o peor relación comercial que tengan los distintos países depende que los fabricantes puedan sacar una rentabilidad óptima cuando venden en el extranjero, y lo último que se está debatiendo es lo que ocurrirá con los aranceles entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Donald Trump, desde que se puso al frente de la presidencia de Norteamérica quiere proteger más a sus fabricantes, y tras anunciar nuevas tasas de importación para Canadá, México y China, también ha asegurado que la Unión Europea tendrá que pagar más por vender allí.
Lo que ocurre es que Trump se queja de que, mientras que los países europeos sólo tienen una arancel del 2,5% para vender vehículos en suelo norteamericano, los fabricantes estadounidenses pagan un 10% para hacer lo propio en Europa.
Esto disgusta al mandamás de la Casa Blanca, y ya plantea elevar estos aranceles hasta el 25%, tanto para automóviles como para semiconductores y productos farmacéuticos. Si recordamos, a Canadá y México les quiere aplicar esta misma tasa extra, mientras que a China es del 10% adicional.
La respuesta de Europa no se ha hecho esperar, y el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, ha dicho que está dispuesto a tener una conversación con la Administración de Trump para llegar a un entendimiento y reducir la tasa que los fabricantes norteamericanos tienen que asumir para comercializar en suelo europeo.
La intención, asegura Sefcovic, es tratar de evitar una guerra comercial con Estados Unidos, con las consecuencias que eso tendría para los fabricantes, y con la subida de precios que derivaría en el cliente final.
Pero el eslovaco miembro de la comisión de Comercio de la Unión Europea también ha dicho en sus declaraciones que van a mantenerse tan firmes como con China, y que habrá represalias si Donald Trump sube los aranceles tal y como ha prometido, sin prestarse a negociaciones.
Y es que Bruselas «no ve justificación para aumentos arancelarios repentinos y unilaterales por parte de EEUU», por lo que se tomaría como un ataque sin argumentos.

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