Pierre Gasly cruzó la meta en Abu Dhabi con una mezcla de alivio, resignación e ironía. Tras 24 carreras cuesta arriba, el francés pudo declarar que la pesadilla del A525 había terminado. ‘Es la mejor noche del año’, afirmó al bajar del coche.
No era una frase hecha. Pocas veces un piloto ha tenido tantos motivos para mirar al futuro mientras pide que le escondan su propio monoplaza. Su 2024 no fue un simple año malo, sino una travesía por el fondo de la parrilla, donde Alpine se hundió sin remedio. El equipo terminó último en el campeonato de constructores con solo 22 puntos, lejos del penúltimo, Sauber F1 Team, que sumó 60. Un dato resume el drama: Gasly fue el único piloto del equipo en puntuar. Ni Jack Doohan al inicio de la temporada ni Franco Colapinto en su relevo se acercaron a los puntos.
Aun así, Gasly nunca bajó los brazos. Lo demostró en Abu Dhabi, donde trató de hacer magia con un coche que no daba para más. ‘Una vez bajas la visera, solo piensas en el rendimiento y en exprimirlo todo del coche’, explicó. Apretó tanto que incluso recibió una sanción por exceder los límites de pista, consecuencia de quien debe remar más que nadie para mantenerse a flote.
El francés quiso subrayar algo que no siempre se ve desde fuera: el equipo no se rompió pese a la tormenta. ‘Estoy muy orgulloso de cómo el equipo gestionó la temporada. Cuando no tienes un coche competitivo es muy fácil bajar los brazos, pero todos dieron lo mejor que tenían’, dijo, reivindicando a Enstone y Viry en uno de sus peores años en la F1 moderna.
Paradójicamente, el A525 dejó algunos destellos puntuales en clasificación: hasta 10 Q3, un número que sorprende viendo la realidad del coche en carrera. Pero ahí se acababa la fiesta. El domingo, el Alpine se desinflaba sin remedio, incapaz de sostener el ritmo o conservar los neumáticos, obligando a Gasly a firmar puntos que parecían auténticos milagros.
Él mismo lo resumió así: ‘Recordaremos las 10 Q3, los 22 puntos… y revisaremos todo lo que podríamos haber hecho mejor, porque hay muchas cosas por mejorar por nuestra parte también’.
Si Gasly habla con ilusión del futuro —una novedad en Alpine— es por lo que viene: 2026 lo cambia todo. Se acaba la generación de los coches de efecto suelo, se resetea la aerodinámica y, sobre todo, Alpine deja atrás el motor Renault y pasa a usar propulsores Mercedes.
En el paddock, cada vez más voces creen que Mercedes puede tener el mejor motor de la nueva era, y Gasly ya está completamente involucrado en el proyecto: ‘Ya hemos empezado el trabajo. Soy muy optimista con el coche que estamos montando. En chasis y motor estamos cumpliendo todos los objetivos. Estoy muy emocionado por 2026’.
Quizá la frase que mejor define el final de esta etapa llegó cuando le preguntaron si echaría de menos el coche. Gasly no lo dudó ni medio segundo: ‘Les he dicho que lo mantengan fuera de mi vista el año que viene. No ha sido el coche más amable de conducir’.
Es su forma elegante y sincera de cerrar un año que nadie en Alpine quiere volver a ver. A veces, el final de una temporada no es una despedida amarga, sino una liberación. Y Gasly, tras sobrevivir al A525, ya mira a 2026 con una sonrisa que este coche nunca le permitió tener.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

