Demasiadas veces, especialmente en la primera parte de la temporada 2025 de F1, la moneda salió cruz para Fernando Alonso, que acabó varios domingos y algún sábado con la agria sensación de estar logrando menos de lo que merecía. Sin embargo, tras varios nubarrones, ha vuelto a salir el sol, y este domingo en el Red Bull Ring probablemente brilló más que nunca en el cielo de un curso que, si bien es de transición, dirá también mucho del futuro.
No es que sea Alonso un tipo que se rompa demasiado la cabeza y deje de dormir si las cosas, por causas ajenas a su control, no salen bien. Por más que asegurara en Imola por radio que es el piloto con peor suerte del mundo, solo sus mayores detractores, y probablemente ni siquiera ellos convencidos del todo, señalaban sus números y cometían la tropelía de compararle con su compañero Lance Stroll, que había empezado 2025 con mucha más fortuna y, por tanto, mejores resultados.
Tras la sexta carrera del año, a principios del año, Stroll tenía 14 puntos, por 0 del español, y esa cuenta se mantuvo hasta después de la octava ronda, en Mónaco. Ahora, tres grandes premios después, el marcador ya luce un 14-14 y nadie, ni siquiera los haters, dudará que pronto Alonso será el Aston Martin Racing mejor clasificado.
Con su séptima posición, trabajada a base de constancia y talento con un coche que no estaba para puntuar este domingo, ganó tres posiciones en el mundial de pilotos de la F1 2025 y si aparece aún detrás de Stroll pese al empate es porque el canadiense, que no puntúa desde hace seis carreras, se encontró en Australia con un sexto puesto.
Fernando Alonso, Aston Martin Racing
Foto de: Sam Bagnall / Sutton Images via Getty Images
Solo pegándose a Liam Lawson para aprovechar su DRS durante toda la carrera e incluso copiando su estrategia para no rodar ‘solo’, pudo Alonso tener el ritmo que le mantuviera en el top 10, y aún tuvo que tirar de libreto para mantener la séptima plaza cuando en las últimas vueltas un joven Gabriel Bortoleto le atacaba con un Sauber F1 Team más veloz.
El domingo de Alonso en el Red Bull Ring había empezado con el ovetense acercándose al podio tras la carrera de Fórmula 3 para celebrar el triunfo de Nikola Tsolov. El búlgaro fue el primer piloto que sumó a la A14 Management allá por 2022, y esa primera plaza le colocaba también a las puertas del primer puesto en el campeonato.
Desgraciadamente para él, Tsolov fue descalificado horas después por un excesivo desgaste en el patín o tablón bajoj su monoplaza, una situación muy conocida en F1 y que de hecho provocó la descalificación de los Ferrari en China este año.
Aun así, Tsolov sigue demostrando su talento y que, por tanto, Alonso no se equivocaba al elegirle. Como tampoco se equivocó cuando incluyó en su agencia a Gabriel Bortoleto, también en el primer año (2022). Ahora, el brasileño ya ha dejado su huella en la F1, aunque hasta este domingo seguía con el casillero vacío. Pero en Austria, Bortoleto sumó sus primeros puntos en la categoría reina, y lo hizo por delante de su compañero veterano Nico Hulkenberg y además llevándose un valioso aprendizaje al perder el séptimo puesto ante el ‘Ministro de Defensa’, su maestro, Alonso.
Porque quién no ha pasado por esa situación. Incluso cuando tienes una buena relación con tu superior, llega un momento de conflicto en el que crees que sabes más, en el que tu exuberancia juvenil supera la experiencia y los conocimientos que ellos poseen. Ahora imagínate que esa situación se desarrolla a velocidades superiores a 300 km/h, que estás en tu primer año de trabajo y que el mánager en cuestión es el bicampeón del mundo de Fórmula 1 Fernando Alonso.
Nico Hulkenberg, Sauber, Gabriel Bortoleto, Sauber
Foto de: Andy Hone / LAT Images via Getty Images
Esa fue la situación en la que se encontró Bortoleto durante el Gran Premio de Austria del domingo, cuando el novato brasileño intentaba adelantar a Alonso, de 43 años, por el séptimo lugar. Está claro que Alonso, conoce el talento precoz de Bortoleto, quien por cierto no había nacido cuando Fernando ya estaba en la parrilla.
En Yeda, hace más de dos meses, estuvo a punto de producirse un encontronazo, y Bortoleto admitió que fue culpa suya. En Austria no hubo toque, y el sonriente brasileño lo celebró, “porque entonces probablemente no tendría forma de volver a casa”, bromeó sobre el hecho de que a menudo viaja a las carreras y vuelve con Alonso.
Si Sauber mantiene el tono, probablemente se vuelvan a encontrar en pista, y por muy espabilado que sea el aprendiz, nunca dejará de tener claro quién es el maestro.
Atentamente,
Jose Carlos de Celis
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Jose Carlos de Celis
Fórmula 1
Fernando Alonso
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