Después de una clasificación en la que el equilibrio del coche no fue el ideal, y con una puesta a punto orientada a la lluvia, Max Verstappen tuvo que arrancar el Gran Premio de Bélgica desde la cuarta posición. La carrera comenzó con retraso por la intensa lluvia en la salida. Inmediatamente, todos recordaron lo ocurrido en 2021, pero tras una hora y veinte minutos, la edición de 2025 pudo finalmente ponerse en marcha detrás del coche de seguridad.
La carrera arrancó con salida lanzada, y Verstappen tuvo que buscar cómo superar a Charles Leclerc. Pero eso resultó más fácil decirlo que hacerlo, ya que el Ferrari llevaba menos carga aerodinámica y, por tanto, más velocidad punta en la recta de Kemmel. Incluso tras cambiar a neumáticos de seco, el intento fue en vano, por lo que Verstappen se quedó fuera del podio y tuvo que conformarse con la cuarta plaza en uno de sus circuitos favoritos.
En declaraciones a Viaplay, Verstappen explicó que no estaba “realmente atascado” detrás de Leclerc. “Solo con los intermedios, pero después teníamos más o menos el mismo ritmo”, comentó. “Él se me escapó un poco, pero luego cometió un error y volví a estar cerca. Claro, nosotros pusimos un alerón trasero más grande por si llovía”, añadió, refiriéndose a un factor que finalmente no les ayudó.
Sobre la lluvia, Verstappen dejó ver su frustración. “Al final casi no rodamos en mojado, así que no sirvió de nada”, criticó la actuación de la dirección de carrera. “Sí, todo muy seguro. Decisiones muy, muy seguras. Es una pena”, dijo el piloto de Red Bull, que ya durante la primera vuelta de calentamiento detrás del coche de seguridad se preguntaba por qué no comenzaba la carrera. En la segunda vuelta también se le escuchó decir que quería que se diera la salida mucho antes en esas condiciones. “Tendríamos que haber empezado enseguida”, lamentó Verstappen. “Incluso con la lluvia más fuerte que tuvimos, podríamos haber seguido. Hasta hablamos de hacer una virtual safety car, así puedes ir un poco más rápido. Pero bueno, al final ellos toman las decisiones y tenemos que vivir con ello”.
Sin embargo, Verstappen dejó claro que esas decisiones no fueron su mayor problema. Lo fueron los neumáticos y cómo el RB21 los gestiona. “Otra vez demasiada degradación, demasiado subviraje. Eso lo hace muy difícil”, explicó el tercero del campeonato. Que Red Bull adaptara la puesta a punto para la lluvia “no ayudó, claro”, pero añadió: “El gran problema sigue siendo que no controlamos bien nuestros neumáticos. Y, por otro lado, el equilibrio que tengo no es lo suficientemente bueno como para atacar. Eso complica mucho las carreras”, concluyó el neerlandés, quien dejó claro que “hay trabajo por hacer”.
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