El 22 de julio se disputaba la décima ronda de la temporada 2007 de Fórmula 1, la del GP de Europa que en ese año tenía sede en Nurburgring. Y ocurrió lo más improbable.
Markus Winkelhock sustituía en esa carrera a Christijan Albers en el modesto equipo Spyker, que acabaría último en el mundial de constructores con solo un punto. De hecho Winkelhock, alemán que corría en casa, solo disputó aquel gran premio. Pero hizo historia.
La carrera comenzó con pista seca y nubes amenazantes. Winkelhock, al final de la vuelta de formación, volvió al box para montar neumáticos de lluvia, y acto seguido comenzó a caer el diluvio.
Comenzaron a multiplicarse las salidas de pista, especialmente en la curva 1, donde los pilotos perdían el control de sus coches. Hasta seis pilotos acabaron en la grava al final de esa recta, entre ellos Lewis Hamilton, al que llegó a tocar el Toro Rosso de Scott Speed, y la situación se volvió incontrolable.
E inexplicable, como fue la ayuda que recibió Hamilton, líder del mundial, al que una grúa de los comisarios volvió a poner increíblemente en pista, mientras todos (menos su equipo McLaren) se preguntaban por qué.
La carrera fue interrumpida ante esas condiciones y la necesidad de intervenir para retirar los monoplazas que se habían salido, mientras el piloto Spyker, gracias a su arriesgada apuesta, se había puesto primero.
Cuando se reinició la carrera, en una pista mucho menos mojada y ya sin lluvia, Winkelhock perdió la primera plaza y más posiciones rápidamente, antes de abandonar en la vuelta 13 por un problema… ¡hidráulico!
La victoria final fue para Fernando Alonso con el McLaren por delante de Felipe Massa, que se quedaba así a dos puntos de Hamilton en el campeonato. El inglés -que tuvo un accidente fuerte en clasificación el sábado e incluso se habló de que no podría competir el domingo- terminó noveno, sin puntos en aquella F1. Ni la grúa le salvó.
Por su parte, Alonso y Massa, los dos primeros, habían mantenido un duelo al límite en la pista, con toque incluido. Ya en el pitlane, el asturiano señaló la zona del McLaren donde había sido el contacto, mirando a la cámara y moviendo el dedo, como queriendo decir ‘eso no’.
Luego, continuaron su ‘pique’ en la sala previa al podio, una vez acabada la carrera.
–Massa: “A propósito, lo has hecho a propósito”
–Alonso: “A propósito ha sido tu toque”
–Massa: “¡Anda ya! Vete a cagar. Ganas y dices algo así, gilipollas. Vences, y haces una cosa así. ¡Gilipollas!”.
–Alonso: “Eso no se puede hacer”
–Massa: “Tienes que aprender”.
–Alonso: “El que tienes que aprender eres tú. Has luchado con todo el mundo, a tres vueltas y casi quedas quinto… ¡anda que… lo has hecho bien!”.
–Massa: “Sí sí, también lo hice a propósito en Barcelona. ¡Aprende, aprende!”.
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