A día de hoy los sistemas de información y entretenimiento de los coches eléctricos son uno de los puntos más importantes en un vehículo. La mayoría de clientes buscan que tenga buenas pantallas, que estas tengan fluidez de uso pero, sobre todo, que incluyan las conexiones móviles vía Apple CarPlay y Android Auto. Esto es algo que ya se está convirtiendo en obligatorio para la todas las marcas y que, poco a poco, está relegando a estas a meros fabricantes de automóviles para las grandes tecnológicas.
Tanto es así que actualmente muy poca gente usa ya los sistemas de navegación propios de la marca o vehículo en cuestión. La mayoría conecta su smartphone y, vía Apple CarPlay o Android Auto, directamente envían el punto del destino y son guiados a través de Google Maps o cualquier otra aplicación similar.
Esto ha hecho estallar a numerosas marcas, pues son varios los millones de euros que estas invierten en tener sistemas de infoentretenimiento cada vez más avanzados, pero que ven que cada vez usa menos gente. La nueva actualización que Apple presentó sobre su CarPlay (llamado ‘Ultra‘) hizo estallar a muchos directivos y responsables de marcas automovilísticas.
Dicha actualización ya no sólo se integra en el panel multimedia central, sino que este se expande también hacia la instrumentación digital y toma las riendas de elementos como el climatizador o la selección de modos de conducción. Es decir: todo. Por ahora sólo Aston Martin ha ‘pasado por el aro’ y ha integrado este nuevo sistema en sus coches, frente a otras marcas que directamente se oponen a él.
Según un artículo publicado en el medio Financial Times, un importante responsable de Renault, el cual ha quedado en el anonimato, ha expresado su indignación por toda esta situación: “¡Dejen de intentar invadir nuestros propios sistemas!”.
Precisamente, Renault, al igual que Volvo, Polestar u otras muchas, han integrado Android Automotive en sus sistemas, haciendo mucho más sencillo para el usuario el uso y manejo de este, ya que integra propiamente aplicaciones como Google Maps, por ejemplo. Sin embargo, no dan su brazo a torcer por la integración del nuevo sistema de Apple y su ‘conquista’ de todo el multimedia del coche.
Desde el mismo medio también han expresado el motivo principal para el rechazo hacia este avance por parte de las marcas. De esta forma, las compañías se relegarían a meros fabricantes de chasis ‘sin alma’, la cual sería proporcionada por una de las dos grandes empresas tecnológicas (Google o Apple).
Esto es algo de lo que no quieren oír hablar casi ninguna de las marcas actuales. A día de hoy, estas se enfrentan a una situación complicada debido al cambio hacia la electrificación y a unas ventas cada vez más estancadas. Si a esto se le suma la pérdida de personalidad del vehículo en cuestión en términos multimedia, el desastre sería mayúsculo.
Además, existen potenciales riesgos en dar todo el manejo del coche a una tecnológica, y es que el coche se convierte, de por sí, en un smartphone con ruedas. Las aplicaciones o las suscripciones de pago estarían a la orden del día (aunque ya hay fabricantes que lo hacen), además de la obtención de importantes datos personales del usuario.
Por todo ello, los fabricantes ahora no sólo se enfrentan a un mercado cambiante y cada vez más difícil, sino también a tener que hacer frente a las principales compañías tecnológicas del momento si no quieren ceder la posición ante todo este asunto.
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Un responsable de Renault estalla ante esta nueva tecnología: "¡Dejen de invadir nuestros sistemas!"
