Xiaomi es muy conocida por sus smartphones, tabletas, auriculares, patinetes eléctricos y otros dispositivos electrónicos de consumo. Su portfolio incluye incluso secadores o cepillos de dientes eléctricos, pasando por maletas o masajeadores. Y, salvo que hayas estado aislado en los últimos meses, sabrás que también tiene un coche eléctrico. La marca china ha irrumpido con fuerza en el sector del automóvil y tiene la ambición de convertirse en un fabricante muy grande.
En apenas nueve meses desde su lanzamiento, Xiaomi ha conseguido vender 130.000 unidades del SU7, su primer coche eléctrico, superando el objetivo inicial que se marcaron para todo 2024 y obligando a la marca a subir el ritmo en las fábricas.
La clientela china está comprando cada vez menos coches europeos y eligiendo en su lugar marcas locales. Los chinos valoran mucho la tecnología y están empezando a comprar vehículos como si fuese otro dispositivo electrónico de consumo, aunque el fabricante no tenga experiencia automovilística previa.
Xiaomi ha dejado claro que su entrada en el mercado de los vehículos eléctricos no es una aventura pasajera. Con ventas récord en su primer año y planes de expansión global, la compañía está en camino de convertirse en un jugador clave en el sector, y su ambición está desatada.
Lei Jun, fundador y CEO de Xiaomi, ha expresado su intención de posicionar a la marca entre los cinco principales fabricantes de automóviles del mundo. Aunque esta afirmación sonó descabellada en su momento, y sigue resultando muy optimista, los planes están ahí.
Tras el éxito del SU7, Xiaomi ya trabaja en su próximo modelo, el Xiaomi YU7, un SUV eléctrico que aspira a seguir el camino del éxito del SU7 o incluso superarlo gracias al tirón de su carrocería todocamino. Con la creciente popularidad de los SUV en el mercado global, este nuevo modelo podría catapultar a la marca hacia los 250.000 coches vendidos en 2025. Este objetivo, aunque ambicioso, parece alcanzable dados los antecedentes recientes de la compañía.
Xiaomi es la cuarta compañía en capitalización bursátil, por detrás de Tesla, Toyota y BYD. Ahora bien, el grueso de su negocio no son los coches, así que no debemos asumir que está entre los mayores fabricantes automovilísticos, ni siquiera en bolsa. A fecha de diciembre de 2024, Xiaomi tiene un valor en bolsa de unos 100.000 millones de dólares, superando a Ferrari, Mercedes-Benz y Porsche, entre otras.
De momento, Xiaomi no entra ni en el top 50 de marcas de coches más vendidas a nivel mundial, pero ojo, porque podría cambiar tan pronto como el año que viene. Si consigue alcanzar el cuarto de millón de coches, Xiaomi se pondría al nivel de marcas como MINI, Land Rover o Porsche en cuanto a volumen. Teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento, sumado a sus próximos modelos, podría subir como la espuma en el ranking, aunque llegar al top 5 suena excesivamente ambicioso.
Para entrar en ese club y pelear con Hyundai, Ford, Honda o Volkswagen (Toyota es primera con mucha diferencia), se necesita vender alrededor de 4 millones de coches al año. Un objetivo al que, ya es casi seguro, sí llegará este año BYD.
La clave del éxito de Xiaomi radica en su experiencia previa en tecnología de consumo, además del conocimiento de los gustos del mercado chino y unos precios ridículamente bajos. El Xiaomi SU7 cuesta menos de 30.000 euros (al cambio actual) en su versión más económica, pero su tecnología y prestaciones han llevado a muchos a compararlo con coches tres y cuatro veces más caros.
Aunque hasta ahora el éxito de Xiaomi se ha centrado en China, la empresa ya tiene planes para expandirse a Europa, el segundo mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo. Tendrá obstáculos como los aranceles, pero también una gran oportunidad. Para estar entre los más grandes necesitará vender coches en Europa, aunque la idea de tener el coche eléctrico de Xiaomi en España parece todavía un poco lejos.
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