Una de las cosas más cuestionadas de la F1 moderna ha sido siempre el sonido de los motores V6 turbo híbridos, y es casi un sentimiento unitario la añoranza de los motores V10, que aparecieron en los años 80, fueron obligatorios desde mediados de los 90 y estuvieron en la parrilla hasta el año 2005.
Ahora, casi 20 años después (en 2006 ya fueron motores V8), el presidente de la FIA, Ben Sulayem, ha vuelto a poner sobre la mesa el tema del posible regreso, en una publicación en sus redes sociales. Repasando lo que supuso el evento de presentación conjunta del F175 Live el martes, escribió: “La ceremonia de presentación de la F1 que tuvo lugar esta semana en Londres generó un gran debate positivo sobre el futuro del deporte”.
“Mientras esperamos con interés la introducción del reglamento de chasis y unidades de potencia de 2026, también necesitamos liderar las futuras tendencias tecnológicas en el automovilismo. Deberíamos contemplar toda una serie de direcciones, incluido el rugido de un V10 que funcione con combustible sostenible”.
Esa última palabra es la clave de la propuesta de Sulayem, tener en cuenta un V10 que sin embargo no choque con los intereses sostenibles de la categoría, que sigue teniendo como meta ser neutra en carbono en 2030. Para 2026 ya hay un reglamento planeado de nuevos motores con combustibles totalmente sintéticos y, entre otras cosas, eliminando el MGU-U y con una potencia que llegará a partes iguales del motor de combustión y del motor eléctrico.
Kimi Räikkönen, McLaren MP4-19B Mercedes, y Michael Schumacher, Ferrari F2004.
Más allá del sonido que producían los V10, considerados música potente pero angelical, aficionados y pilotos proponían su regreso a esos motores por la complejidad, el coste y la falta de ruido de las unidades de potencia actuales. Sin embargo, el camino que siguieron los propietarios fue el híbrido, que entre otras cosas favoreció atraer a fabricantes de coches como Audi (en 2026) o Cadillac (que se espera que fabrique motores desde 2028). Además, Honda decidió quedarse, aunque por el contrario dejará de haber en F1, tras decisión de la empresa, motores Renault.
Y ahora que la F1 se ha comprometido a utilizar combustibles sintéticos menos contaminantes, vuelve a surgir la posibilidad de que la F1 vuelva a los ruidosos motores V10, que serán parte del debate cuando la FIA y la F1 se planteen sus futuras unidades de potencia tras las que se introducirán en 2026.
“Sea cual sea la dirección que elijamos, debemos ayudar a los equipos y fabricantes a controlar sus gastos”, añadió Ben Sulayem. “La satisfacción de nuestros miembros y aficionados siempre estará en el centro de todo lo que hagamos, junto con un importante trabajo para hacer que este deporte sea más seguro y sostenible en las próximas décadas, para que las generaciones futuras puedan disfrutar de la F1”.
Por tanto, los V10 podrían combinarse con combustibles sostenibles. Y es que, a pesar de los avances en otras tecnologías como la eléctrica, el automovilístico seguirá estando compuesto en su inmensa mayoría por coches de gasolina en las próximas décadas. Por ello, una manera más barata y eficaz de combinar los objetivos medioambientales y de desarrollo sostenible sería ir uniendo gradualmente a los futuros motores los combustibles renovables.
En este artículo
Jose Carlos de Celis
Fórmula 1
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